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PP y BNG sumaron sus votos para reprobar al gobierno local

El pleno oficializó el pase al grupo de no adscritos de los tres concejales que se dieron de baja en el PSOE

El comienzo del pleno de este martes ya daba cuenta de los importantes cambios que se han producido en la corporación municipal de Carballiño, con la nueva ubicación en el hemiciclo de los tres ediles que abandonaron el partido socialista y el gobierno municipal, pasándose al grupo de los no adscritos. Adolfo Nogueira ya no ocupó el sillón a la derecha del alcalde, Francisco Fumega, siendo sustituido por Manuel Dacal, mientras que el que fuera portavoz antes de la crisis interna del equipo se situaba junto a Érika Paz y Charo González, entre los socialistas y el BNG. 

El pleno acordó reprobar a los ocho ediles que conformaban el gobierno local antes de la fractura a raíz de la propuesta planteada por el portavoz del PP, Argimiro Marnotes, al impulsor de la moción, Xosé Francisco Ferreiro, del BNG. Aunque inicialmente perseguía reprobar al alcalde por haber fracasado en su labor de coordinación del gobierno y que "leva implícita a reprobación a todo o grupo", según puntualizaba Ferreiro, finalmente Marnotes impuso su postura matizando que "esto levaríanos a responsabilizar do caos únicamente ao alcalde.

Tras un largo debate, votaban a favor los cinco concejales "populares" (Luis Sobrino no asistió) y en contra los cinco ediles que conforman ahora el gobierno, mientras los tres no abscritos se abstenían; faltando también al pleno el representante de Alternativa Veciñal.

La segunda parte de la moción del BNG para que el regidor delegase competencias en el pleno, fue rechazada con los votos en contra de los socialistas y la abstención del PP y de los no adscritos. Fumega se remitió al informe jurídico para rechazar la propuesta, pese a que Ferreiro insistía en que serían "delegacións especiais para cometidos específicos". PP y BNG se refirieron a divisiones internas e intrigas en el seno del gobierno local desde hace dos años y pusieron sobre la mesa cada uno de los acuerdos plenarios incumplidos, como el relativo a la municipalización de servicios, que calificó Marnotes de "a gran mentira", pasando por la ausencia de gestión para erradicar el chabolismo, para crear un centro de atención de la Seguridad Social o una central de cogeneración, entre otros muchos.

Fumega se defendía manifestando que "a situación non é tan caótica", refiriéndose a algunos logros como la desaparición de la deuda y muchos acuerdos que sí se ejecutaron.


Nogueira: "Queremos traballar, non vinganza"


Charo González fue la primera de los tres concejales del grupo de no adscritos que se dirigió a la corporación señalando que "nunca nos sentimos parte deste goberno ", asegurando que ni tan siquiera había reuniones. Pese a ello, matizaba que "non vamos a ser combativos", si bien "non estamos contentos co alcalde". Érika Paz defendía la delegación en el pleno de los asuntos más relevantes, porque" todos representamos a parte da poboación do Carballiño". La edil también hacía referencia a las negociaciones entre Francisco Fumega y Argimiro Marnotes para consensuar determinados asuntos y en ese sentido reprochaba al portavoz "popular" que no priorizara para agilizar el concurso público para la intervención integral en el Parque municipal, que era uno de los acuerdos que previamente echaban en cara que no se había cumplido y que era competencia de Érika Paz.

Nogueira, que fuera portavoz del gobierno socialista, se refería con ironía "ao novo portavoz do goberno que é Marnotes" y aclaraba que "nos xa estamos reprobados -en alusión a los tres no adscritos- ao retirarnos as competencias". Nogueira también insistió en que "non queremos vinganza, queremos traballar estos tres meses que quedan polo Carballiño".

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