O Carballiño

La rebelión de O Carballiño alerta sobre la precariedad del tren

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photo_camera Usuarios del tren regional Ourense-Santiago a su paso por Carballiño, este domingo esperando en la estación.
Los estudiantes alzan la voz y se niegan a viajar de pie a Santiago mientras Renfe reconoce que se necesitan trenes nuevos

Hartazgo total entre los jóvenes ourensanos, los más activos en el uso de trenes regionales, ante el agravio comparativo con la franja atlántica. Este fin de semana, una nueva avería en un convoy de la ruta a Santiago de Compostela –que obligó a traer un tren turístico de sustitución en el que no había asientos para todos–,  colmaba la paciencia de los usuarios, que se rebelaron ante el personal de Renfe amenazando con impedir que el tren continuase su recorrido.

La Guardia Civil fue requerida  porque varios viajeros impedían continuar el trayecto si no se les habilitaba un autobús "poniendo en cuestión el orden público". según fuentes de la empresa. La Benemérita hizo acto de presencia, según pudo saber este periódico, pero no llegó a intervenir, ya que los ánimos se habían apaciguado una vez que la compañía cedió ante las exigencias de los viajeros, que no estaban dispuestos a viajar de pie. La situación entra dentro de la legalidad, ya que, según fuentes de Renfe, está permitido viajar sin asiento en transportes de media distancia. Sin embargo, el desasosiego de los viajeros parece comprensible, ya que la propia compañía reconoce que se necesitan nuevos trenes. 


Sin devolución íntegra


Algunos afectados presentaron una queja y recibieron tan solo devolución del 25% del importe de los billetes, ya que Renfe esgrime, según informaron los implicados, que el retraso fue menor a una hora , ya que el tiempo restante lo vinculan al bloqueo  realizado por los viajeros sin sitio (y algunos acompañantes).

El presidente de Renfe, Isaías Táboas, señaló este lunes que "lidiamos con un parque móvil viejo, que en algunos casos tiene más de 40 años, en donde no se han realizado inversiones en material", mientras recordaba que se trabaja en la licitación de la compra de trenes nuevos de cercanías y media distancia, " mejores, más cómodos y más adaptados a las necesidades actuales". Y responsabilizó al anterior Gobierno central del PP de haber "desatendido" estos servicios.

Mientras la pelota se mueve en el tejado político, el agravio del transporte en la provincia respecto al Eje Atlántico continúa, con menos frecuencias y más coste para el bolsillo de los ourensanos, cociendo una indignación que acabó por explotar este fin de semana. El regional a Santiago, en el que los pasajeros alertan de "hacinamiento" en días de grandes desplazamientos de universitarios, como los domingos, tiene a los usuarios indignados. Estos llevan meses pidiendo servicios de refuerzo en domingos, vísperas de festivos o viernes, sin que hayan sido atendidas sus demandas.

A esto se suma el "tarifazo" de los Avant a Santiago de Compostela, a la espera de ser rebajado tras haber sido demandado en el Parlamento, lo que hace que muchos estudiantes se decanten por la opción más barata, causando saturación. 

Con todos estos ingredientes, no es de extrañar que los ánimos estén tan soliviantados. Los colectivos estudiantiles han alzado la voz. Desde la Asemblea nacional dos estudantes galegos (Anega) recordaban que el retraso de casi dos horas del pasado domingo "non é unha situación illada, senón unha constante para os estudantes que teñen que viaxar da súa casa á cidade onde estudan domingo tras domingo, especialmente nas zonas do interior".


Misterioso overbooking


El tren que realiza el trayecto Ourense-Santiago habitualmente "se averió, lo que obligó a sustituirlo por otro con menor número de plazas". En la compañía, creen que "no debería suponer ningún problema" tras hacer un primer análisis de lo ocurrido. No se explican lo sucedido e investigan el origen de la revuelta. "En nuestros sistemas de venta constaba que había plazas suficientes en el tren, puesto que no se habían vendido todas las plazas disponibles". En este sentido, explican que "el tren salió de Ourense con 29 viajeros a bordo, de los cuales 10 finalizaban su viaje en Carballiño, y 19 personas más continuaban a Santiago. En Carballiño subieron otros 13, que sumados a los 19 que no se apeaban, haría un total de 32".

Renfe se justifica en que en estos trenes se puede viajar sin reserva de plaza y adquirir el billete a bordo, aunque recomiendan anticipar la compra, y piden disculpas a los afectados. Y, mientras a muchos usuarios la situación les recuerda a lo que ocurre en Extremadura con los trenes, los gestores siguen justificando que los ourensanos que viajan a la capital de Galicia puedan ir de pie, lo hacen en los Cercanías madrileños. La cosa, como siempre, va de comparaciones. 


El temor a que el hartazgo acabe por justificar un cierre


La mejora de las comunicaciones ferroviarias de Ourense en proximidad –más allá de los avancess en la alta velocidad, que se han notado, y mucho, en los Avant con Santiago y A Coruña– volverá al Parlamento de Galicia. Los incidentes del pasado fin de semana son "indignantes", a ojos del BNG. La diputada Noa Presas lo considera "unha mostra máis da desidia con esta liña".  La reducción, primero de paradas, después de frecuencias y puntos de venta –que deja los domingos un único regional de mañana y de tarde– "non chega para dar cobertura ao estudantado", señala Presas. 
Pide "modernizar" los vagones y aumentar frecuencias, además de "devolver os cartos aos afectados" por lo que, consideran, es una "falta de previsión". Presas sostiene que el servicio se empeora "para que a xente deixe de usalo e poder pechalo sen que haxa polémica". 

En medio de toda esta polémica, el regreso de los estudiantes ourensanos de Madrid en Navidades también empieza a preocupar. Algunos usuarios muestran malestar porque aún no están a la venta en Renfe los billetes para estas fechas señaladas en las que hay sobredemanda. De hecho, consultando la web, todavía no hay trenes disponibles a la venta para los días 21, 22 o 23 de diciembre. El problema es que los billetes se agotan pronto y las opciones se reducen a trenes más caros o de mayor duración. Una nueva preocupación para unos usuarios que durante el mes de noviembre sufrirán los cortes en la vía necesarios para continuar las obras del AVE. 

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