La teniente alcalde de Piñor, Sandra Álvarez Rodríguez, presentó ayer su renuncia como concejala del PSdeG después de siete años de dedicación a la política municipal. Lo hizo con tristeza, según reconoció ella misma justo en el momento en que subía a un avión con destino a Suiza para incorporarse a dos puestos de trabajo, algo que no ha conseguido en su tierra desde el 2012.
Sandra Álvarez tiene 32 años y es ingeniera técnica agrícola. Mañana empieza a trabajar en una bodega con un contrato de un año, al mismo tiempo que a través del Colegio de Ingenieros de ese país también se encargará dos días a la semana de organizar catas de vinos en una estación enológica de investigación. 'Como moitos galegos, teño familiares en Suiza e o ano pasado animáronme a buscar alí un traballo e así xurdíronme estas dúas posibilidades e como aquí a situación é insoportable tanto no ámbito económico como para o desenvolvemento persoal, decidín marchar'.
A la pena de abandonar su país y dejar la actividad política por la que siente auténtica pasión, Sandra Álvarez tuvo que vencer otro obstáculo importante: el idioma. Su trabajo está a 20 minutos de Ginebra, zona en la que domina el francés y ella habla inglés e italiano, así que se vio obligada a asistir a un curso intensivo para iniciarse en el idioma.
Afirma que se fue porque ya no lo podía soportar más pero con la esperanza de retornar y volver a la política, asegurando que 'si volvo ter a oportunidade de ir nunha lista electoral aproveitareina, porque a política é algo fundamental, sobre todo agora nestes tempos tan difíciles, e a política municipal é a vida misma'.
La ya exconcejal considera que la situación no va a cambiar a corto plazo y que la gente seguirá emigrando, buscando nuevas oportunidades, aunque confía en que algún día podrá regresar, 'non polas políticas do PP, senón que a situación acabará cambiando por inercia'. Renunció al acta de concejal porque 'non ten sentido ningún agarrarse a unha acta cando non podes desempeñar o traballo do día a día, non podes ter o contacto coa xente, para min non hai excusa cando a ausencia é por unha temporada longa, xa que antes só me ausentaba temporalmente'.
Otros se marchan pero no dejan el acta
El alcalde de Piñor, el socialista Francisco Fraga señalaba que a Sandra Álvarez 'pásalle como a moita xente nova con formación e ganas de participar na vida política e social, á que non se lle da outra opción que coller unha maleta e marchar'.
Un caso muy semejante al de Sandra Álvarez, de político gallego joven obligado a emigrar, fue el del diputado de AGE por Ourense, David Fernández Calviño, que dejó el Parlamento gallego y se marchó a trabajar a Dinamarca.
Sin embargo, las ausencias no motivan siempre la renuncia del cargo político. Un concejal del concello pontevedrés de A Lama, Juan Carlos Piñeiro se fue a trabajar a México sin dejar su acta de concejal, lo que generó un fuerte polémica que acabó con su renuncia.
Otro caso similar es el de Alfredo Enríquez Badas. Formaba parte de la lista del PP en Bande y tras las elecciones se marchó a Argentina. Ni siquiera llegó a tomar posesión como concejal tras fallecer dos ediles del grupo de gobierno. Reside desde hace años en Buenos Aires y tampoco forma parte ya del PP, tras cambiarse a Sociedad Civil y Democracia.
Otros dos casos se dan en el municipio pontevedrés de Moraña. Ediles de Alternativa Electoral de Moraña están en el extranjero sin renunciar a su acta. Una concejala está en Inglaterra y el otro, en Guinea Ecuatorial.
Sandra Álvarez tiene 32 años y es ingeniera técnica agrícola. Mañana empieza a trabajar en una bodega con un contrato de un año, al mismo tiempo que a través del Colegio de Ingenieros de ese país también se encargará dos días a la semana de organizar catas de vinos en una estación enológica de investigación. 'Como moitos galegos, teño familiares en Suiza e o ano pasado animáronme a buscar alí un traballo e así xurdíronme estas dúas posibilidades e como aquí a situación é insoportable tanto no ámbito económico como para o desenvolvemento persoal, decidín marchar'.
A la pena de abandonar su país y dejar la actividad política por la que siente auténtica pasión, Sandra Álvarez tuvo que vencer otro obstáculo importante: el idioma. Su trabajo está a 20 minutos de Ginebra, zona en la que domina el francés y ella habla inglés e italiano, así que se vio obligada a asistir a un curso intensivo para iniciarse en el idioma.
Afirma que se fue porque ya no lo podía soportar más pero con la esperanza de retornar y volver a la política, asegurando que 'si volvo ter a oportunidade de ir nunha lista electoral aproveitareina, porque a política é algo fundamental, sobre todo agora nestes tempos tan difíciles, e a política municipal é a vida misma'.
La ya exconcejal considera que la situación no va a cambiar a corto plazo y que la gente seguirá emigrando, buscando nuevas oportunidades, aunque confía en que algún día podrá regresar, 'non polas políticas do PP, senón que a situación acabará cambiando por inercia'. Renunció al acta de concejal porque 'non ten sentido ningún agarrarse a unha acta cando non podes desempeñar o traballo do día a día, non podes ter o contacto coa xente, para min non hai excusa cando a ausencia é por unha temporada longa, xa que antes só me ausentaba temporalmente'.
Otros se marchan pero no dejan el acta
El alcalde de Piñor, el socialista Francisco Fraga señalaba que a Sandra Álvarez 'pásalle como a moita xente nova con formación e ganas de participar na vida política e social, á que non se lle da outra opción que coller unha maleta e marchar'.
Un caso muy semejante al de Sandra Álvarez, de político gallego joven obligado a emigrar, fue el del diputado de AGE por Ourense, David Fernández Calviño, que dejó el Parlamento gallego y se marchó a trabajar a Dinamarca.
Sin embargo, las ausencias no motivan siempre la renuncia del cargo político. Un concejal del concello pontevedrés de A Lama, Juan Carlos Piñeiro se fue a trabajar a México sin dejar su acta de concejal, lo que generó un fuerte polémica que acabó con su renuncia.
Otro caso similar es el de Alfredo Enríquez Badas. Formaba parte de la lista del PP en Bande y tras las elecciones se marchó a Argentina. Ni siquiera llegó a tomar posesión como concejal tras fallecer dos ediles del grupo de gobierno. Reside desde hace años en Buenos Aires y tampoco forma parte ya del PP, tras cambiarse a Sociedad Civil y Democracia.
Otros dos casos se dan en el municipio pontevedrés de Moraña. Ediles de Alternativa Electoral de Moraña están en el extranjero sin renunciar a su acta. Una concejala está en Inglaterra y el otro, en Guinea Ecuatorial.
