Baldomero Moreiras Blanco es el pintor que ha ganado el concurso de carteles de la Festa da Istoria. Su pasión por este arte ya le viene de su infancia cuando el maestro lo animaba a que dibujase en la pizarra.
¿En qué se inspiró para crear el cartel?
La Festa da Istoria me atrae mucho por el recuerdo que tengo de intercambio de ideas y colaboración con la organización, cuando estaba empezando la fiesta y yo trabajaba en la escuela taller de Ourense, en los años 90. También quise cambiar la idea de otros carteles basados en luchas de guerreros, no tiene porque ser un motivo de violencia y opté por el ajedrez y la reina a caballo junto a un alfil que convierto en trovador. Me pareció más hermoso, y a la reina le puse una águila porque la cetrería es una de las actividades de la fiesta.
¿Piensa que anunciar la Festa da Istoria aporta prestigio?
Por supuesto que sí, yo me presenté como un chaval, con toda la sinceridad y de forma anónima, como cualquier principiante y con el gusto de participar en el concurso porque Ribadavia es un lugar maravilloso.
¿En qué trabaja en estos mo-mentos?
Estoy haciendo otro cartel, pero no puedo nombrar el concurso porque debe ser anónimo.
¿Cómo define su obra?
Dentro de la figuración que hago la defino como un realismo mágico, que transforma la realidad en algo puro y bonito y me permite destacar cosas como la naturaleza de Galicia, que me da el sosiego que el hombre me quita.
¿Se vive bien de la pintura?
No, para nada, es algo vocacional. Hay gente que sí, pero yo vivo de forma sencilla y he aprendido a sobrevivir. La pintura es una actividad que no da seguridad económica, un mes sale bien y cinco mal, por lo que hay que tener una vocación muy fuerte y la satisfacción por lo que haces te compensa. El artista es generosidad pura porque persigue enriquecer a la sociedad con su trabajo. En vez de ver tanta televisión, posar la vista en una pintura es algo muy aconsejable, es una ventana directa a la reflexión.
