Viticultura

Los “colleiteiros” del Ribeiro se reducen en un tercio desde el año 2017

Viñedos de la Denominación de Orixe Ribeiro.
photo_camera Viñedos de la Denominación de Orixe Ribeiro.
La tradicional figura baja de 72 a 47 en cinco años, al tiempo que aumentan las bodegas medianas

El Consello Regulador da Denominación de Orixe Ribeiro se encuentra inmerso en el proceso electoral para la renovación de los miembros del pleno. Su censo registra un importante descenso en el número de “colleiteiros”, que han pasado de ser 72 hace algo más de cinco años, a 47 en la actualidad. Contrariamente, se ha producido un espectacular aumento de medianas bodegas, registrándose en las anteriores elecciones 29 y en las actuales un total de 47.

En el cómputo general, el censo indica un descenso de bodegas, pasando de 107 a 99, manteniéndose las dos cooperativas existentes y reduciéndose el número de productores industriales de cuatro a tres.

De los 25 “colleiteiros” que se han dado de baja hay que destacar que en torno a 12 se han pasado a la modalidad de bodega productora de menos de 400.000 litros de vino al año. Las restricciones que figuran en el reglamento para la figura del “colleiteiro” han sido uno de los principales motivos; concretamente, no poder sobrepasar los 60.000 litros anuales.

Relevo

Alejandro Montero releva a su padre Antonio, que era “colleiteiro”. “Cuando me incorporé yo quería seguir creciendo y en las ferias nacionales e internacionales vimos que teníamos más demanda de la que podíamos atender. Así que o subíamos a unos precios que no iban a encajar en el mercado o aumentábamos la producción para satisfacer esa demanda”, explica.

Brais Iglesias, presidente de la Asociación Galega de Vitivinicultura Artesanal, considera que el descenso de “colleiteiros” se debe a que “el Consello Regulador no ha potenciado la figura del “colleiteiro”. Nosotros siempre hemos defendido la creación de una precinta específica, para que el consumidor pueda identificar nuestros vinos en el mercado. La cual, con promoción adecuada, generaría el valor añadido necesario para que sea una figura lo suficientemente rentable para asegurar su relevo generacional”. Sin embargo, el presidente del Consello Regulador, Juan Manuel Casares, declara que “o Consello Regulador promociona O Ribeiro para todos por igual” y sobre el descenso de “colleiteiros” opina que “ó non poder mercar uva, non se poden permitir encadear dous anos de malas colleitas. Penso que esa é unha das razóns”.

Polémica sobre las precintas de calidad

 

El representante de las bodegas de menos de 400.000 litros, José Manuel Martínez Juste, califica de “evolución lógica” el descenso del número de “colleiteiros” en favor de las medianas empresas. Coincide, no obstante, en defender que esas bodegas utilicen la producción de uva propia “que marca la diferencia, imprime una personalidad distinta” y en que “hay que proteger al colleiteiro, dándole las mayores facilidades porque es una figura intrínseca del Ribeiro, un vivero de futuras empresas agrarias”. Asegura que sin el límite de producción, “las medianas bodegas si utilizan la uva de sus propios viñedos siguen la misma filosofía”. En cuanto a las precintas de calidad, Martínez Juste no es partidario de las específicas para “colleiteiros” porque “puede ser un exceso de información para el consumidor”, si bien, defiende lo que se contempla en el pliego del reglamento sobre precintas que diferencien los vinos de variedades autorizadas de los que se elaboran con variedades autóctonas. Por su parte, Brais Iglesias teme por el futuro de los “colleiteiros”, “a no ser que haya un cambio drástico en la política de promoción, nuestra única esperanza de sobrevivir reside en la nueva Lei de Calidade Alimentaria, con la potenciación de las figuras artesanales”

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