Las cifras de la vendimia, la falta de relevo generacional y el minifundismo encendieron las alarmas
La preocupación ha llegado para quedarse entre los viñedos del Ribeiro, unas tierras que vivieron épocas de bonanza y que dieron trabajo a varias generaciones durante años. Ahora la realidad es otra, y ser conscientes de ello está generando alarma, porque el futuro de uno de los principales motores económicos de la comarca se está viendo mermado, y no pinta mejor de cara el futuro. "La situación no es la idónea, pero aquí se ha vivido de espaldas a la realidad desde hace mucho tiempo", argumenta Juan Manuel Casares, presidente del Consello Regulador de la Denominación de Origen. Desde esta entidad se está haciendo una reflexión sobre cual es la principal problemática y, una vez detectada, aseguran que se sentaran a buscar la mejor solución, actuando como intermediarios entre el trabajador y las administraciones que hagan posible el cambio. "Necesitamos un estudio detallado de la situación, con los puntos fuertes y carencias de la zona, y actuar a partir de ahí", aseguró Casares.
El estado actual del Ribeiro, con pérdidas de millones de kilos de producción, se debe a tres factores fundamentales. Tres años de condiciones climáticas adversas con heladas, lluvias a destiempo y granizo, y enfermedades como el midiu o el oídio. "Aquí vivimos la ley de Murphy, todo es susceptible de ir a peor, y es una realidad que no hemos podido controlar", en palabras de Casares Gándara. Por otro lado, la población productiva está envejecida y la tasa de abandono es cada vez mayor. Por último, la tierra está inmovilizada. "No hay facilidades para seguir en producción, ni por cesión ni por compra", argumentó el presidente, que declaró también que "esta es una realidad que está ahí desde años atrás, ni desde hoy, ni ayer ni anteayer y la quisimos obviar".
“Necesitaremos ayuda externa para recuperarnos", dice Juan Manuel Casares Gándara, Presidente del Consello Regulador del Ribeiro
¿Cuál es la situación actual del Consello Regulador?
Este último año hemos conseguido estabilizar la deuda económica que había y cumplir con un programa de promoción del sector con las opciones que nos quedan. Durante años se han utilizado los recursos de forma poco eficiente, y eso está repercutiendo ahora, coartando las iniciativas que queremos implementar.
¿Comparte la idea de los viticultores de que las medidas de peso tienen que venir de fuera?
Hace tres semanas me reuní con el nuevo conselleiro de Medio Rural para poner sobre la mesa la situación actual y las posibilidades de intentar poner en marcha el Ribeiro y recuperarnos de todas estas adversidades. Necesitamos ayuda externa.
Y el Consello Regulador, ¿qué planes de futuro baraja para solucionar esto?
Nosotros estamos estudiando llevar a cabo un análisis socioeconómico muy serio de la situación real del territorio que se enmarca en la Denominación de Origen. Queremos tener una radiografía exacta de lo que está pasando, con informes técnicos para poder ponerlos encima de la mesa. Creemos que poder llevar esto a cabo es una herramienta fundamental para establecer un diagnóstico real y tomar las medidas oportunas. Algunas de estas actuaciones las podremos llevar a cabo desde el Consello Regulador, y otras, trascienden a nuestras capacidades. Aún así, actuaremos como canalizador, intermediario entre los trabajadores y las fuentes de recursos externos.
