Un vecino de A Lama-Viladerei, en el municipio de Cenlle, Higinio R.G., de 80 años, falleció este lunes al precipitarse desde el balcón de su vivienda hacia un patio interior del inmueble. El octogenario perdió la vista hace unos años a causa de una enfermedad tras ser sometido a varias intervenciones quirúrgicas. El accidente se produjo poco antes del mediodía cuando el fallecido caminaba entre el balcón y el resto de dependencias de la casa, algo que solía hacer de forma habitual con el objetivo de ejercitar las piernas y no perder movilidad.
Higinio R.G. estaba ayer en compañía de su esposa -tiene tres hijos y uno reside en el mismo pueblo- y cuando se desplazaba por el balcón se cayó desde una altura de más de dos metros, golpeándose fuertemente con la cabeza contra el suelo. Su mujer alertó a los efectivos de emergencia y al lugar acudió una ambulancia del 061, pero el personal sanitario no pudo hacer nada por salvarle la vida, dado que falleció prácticamente en el acto.
Al pueblo también se desplazó una patrulla de la Guardia Civil y el médico forense, que ordenó el levantamiento de cadáver. Las autoridades activaron el protocolo establecido en la situación de alarma, entregando los restos mortales a la familia para el posterior sepelio en el cementerio de la localidad, previsto para hoy.
Mientras, la Guardia Civil inspeccionaba el balcón y el lugar en el que se precipitó el octogenario con el objetivo de esclarecer las causas del accidente y remitir las diligencias al Juzgado Mixto de Ribadavia.
El fallecimiento causó conmoción entre los vecinos de la localidad, que recordaban a la víctima como una persona que estaba en buenas condiciones físicas pese a haber perdido la vista. "Parecía mucho más joven de la edad que tenía. También hay que reconocer que estaba muy bien cuidado", apuntaba un vecino.
Este es el segundo accidente desde un balcón desde que fue decretado el estado de alarma. El pasado 29 de marzo, un joven de Celanova, de 25 años, resultó herido grave al caer hacia una finca, desde una altura de más de dos metros. El joven estaba solo y sacó fuerzas para pedir auxilio a una patrulla de la Guardia Civil.
