Las tres hermanas participaron en una red clandestina que ayudó a los judíos a escapar de los nazis

La lista de Schindler de las hermanas Touza

Aurelio y Camilo Touza muestran la foto de sus tías ante la casa de la plaza de Ribadavia. (Foto:  Martiño Pinal )
Coincidiendo con la celebración el domingo de la novena Jornada Europea de la Cultura Judía, Ribadavia rinde homenaje a tres hermanas, vecinas de la villa, que ayudaron a escapar hacia Portugal a muchos europeos, entre ellos judíos, perseguidos por los nazis.
La novena Jornada Europea de la Cultura Judía desarrollará mañana domingo en Ribadavia un interesante programa de actividades, entre las que figura un homenaje a las hermanas Lola, Julia y Amparo Touza en reconocimiento de su pueblo natal por las vidas de muchos europeos que salvaron de las garras del régimen nazi, entre ellas a un buen número de judíos. Mediante una red clandestina, los escapados llegaban a Ribadavia en tren y las hermanas Touza les conseguían un refugio seguro hasta que los taxistas Javier Míguez y José Rocha les trasladaban hasta Portugal.

Los dos sobrinos de estas tres heroínas, Camilo y Aurelio Touza, residen en Ribadavia y conservan un entrañable recuerdo de sus tías. ‘Nós sabíamos que a casa da Praza, a do noso avó, onde vivían, era un lugar de acollida e acórdome que cando eu era pequeno elas estiveron na cárcere, en torno ó ano 1940, aínda que non sabemos os motivos concretos, pero eran republicanas’, señala Aurelio Touza.

Su hermano Camilo apunta que ellas nunca hablaban de sus actividades clandestinas, de hecho, ‘tiveron a un tío escondido na época de Franco durante catro anos, e foron moitas veces a buscalo pero nunca o toparon e nin hoxe sabemos onde estivo’.

Ambos sobrinos recuerdan la casa de la plaza como un lugar abierto para todo el mundo, a donde acudían los pobres porque sabían que las propietarias eran personas solidarias. ‘Lola tiña moito carácter, era moi respetada e a proba é que nunha ocasión levoulle unha nena para que a escondera a Alfonso Vázquez, un veciño de Ribadavia que era ‘franquista’ pero que sabía que a respetaba e que alí non a iban a buscar’.

Son los recuerdos de la niñez de Camilo y Aurelio Touza, que sin embargo, dada la discreción que mantenían sus tías, no se enteraron hasta el año 2005 de su participación en la fuga de numerosas personas hacia Portugal.

Fue a través del Centro de Estudios Medievales, que organiza este homenaje, como la familia y vecinos de Ribadavia llegaron a saber de la existencia de un libro sobre la Guerra Civil, titulado ‘Camiños de Ferro’, del que es autor Antón Camiño. Un capítulo está dedicado precisamente a la red clandestina de la que formaban parte las tres mujeres. Sin embargo, cuando Camilo Touza intentó contactar con el escritor, éste había fallecido.

‘Sospeitamos que tiñan un contacto en Renfe e tamén contaban con un obispo Evangelista chamado Ricardo Pérez, que exercía de traductor coa xente que escondían’, apuntó Camilo Touza.

Las hermanas regentaban un quiosco en la misma estación de Ribadavia en el que vendían desde rosquillas a licores, y ellas mismas se desplazaban en el tren vendiendo sus productos hasta Ourense, según la información de la que dispone el responsable del Centro de Estudios Medievales, José Ramón Estévez.

Lola, Amparo y Julia no se casaron y vivieron juntas en la casa de la plaza de Ribadavia hasta su muerte, en 1966, 1981 y 1983, respectivamente. Además de sobrinos, ya que procedían de una familia numerosa de siete hermanos, Lola Touza tiene tres nietos de un hijo que tuvo de soltera.

El domingo a las 11,30 darán comienzo los actos de homenaje en reconocimiento al coraje de estas tres vecinas de Ribadavia.

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