Los vecinos de Melón escucharon un gran estruendo al tiempo que se quedaban sin electricidad

Un rayo destrozó esculturas y nichos del cementerio de Quins

Pasillo del cementerio de Quins (Melón) que mostraba ayer los efectos devastadores del rayo caído en la madrugada del jueves (Foto: Martiño Pinal)
La tormenta de la noche del miércoles causó serios destrozos en el pueblo de Quins (Melón).
Los vecinos se encontraron en la mañana de ayer con la desagradable sorpresa de numerosos destrozos en las lápidas: cristales rotos, cruces y ornamentos destrozados, todo esparcido por el suelo, a lo largo de uno de los pasillos del camposanto, en el que se vieron afectados los dos bloques de panteones situados a ambos lados del mismo. Los vecinos achacan los destrozos a un rayo, cuya fuerza fue tan intensa que también arrancó las lápidas de dos sepulturas, dejando al descubierto los féretros, al mismo tiempo que se colaba en la antigua sala de autopsias, un local con bóveda de piedra, la cual traspasó, abriendo un agujero, además de destrozar un árbol próximo.

La alcaldesa de Melón, Cristina Francisco, declaraba que 'se desconoce con exactitud lo que ha pasado', ya que lo único que saben a ciencia cierta es que se debió a un fernómeno atmosférico que se produjo por la tormenta del pasado miércoles, 'si bien todo apunta a que fue un rayo', añade la regidora.

Los vecinos del entorno habían escuchado un estruendo muy fuerte, al mismo tiempo que se quedaban sin suministro eléctrico, en torno a las once de la noche, por cuyo motivo sospechan que fue ese el momento en que cayó el rayo.

Las autoridades locales informaron de inmediato al Obispado y a los propietarios de los panteones afectados, al tiempo que los operarios municipales colocaban vallas para evitar intrusos y tapiaban las sepulturas con ladrillos.


ANTECEDENTE EN VILARDEVÓS

El pasado día 6 de septiembre un rayo levantó parte de una acera en la calle Manuel Núñez de Vilardevós. La descarga eléctrica se registró pasadas las tres de la madrugada, abriendo un boquete en un muro y levantando la acera a lo largo de más de cuatro metros.

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