El concello de Castrelo de Miño contó ayer con un doble estreno. En el marco de la primera edición de su feria mensual de productos agrícolas, se desarrolló también el primer encuentro internacional de granjeros virtuales. A esta novedosa cita acudieron unos diez internautas, todos de la provincia y del propio municipio, para presumir de plantaciones a golpe de click.
Crear una granja virtual tiene ventajas tan importantes como que no es preciso saber utilizar una azada, es imposible mancharse y apenas requiere esfuerzo físico. No así tiempo, ya que su cuidado obliga a dedicarle al menos media hora diaria, pues las cosechas y los animales virtuales precisan de cierta atención para que no se echen a perder.
Los neófitos en la materia pudieron comprobar ayer que este nuevo pasatiempo, uno de los que cuentan con mayor fama dentro de las aplicaciones de las redes sociales como Facebook, constituye en sí mismo un universo paralelo. Los diez internautas (todos ellos de la ciudad y del propio municipio anfitrión) que se dieron cita ayer en las instalaciones del Club Náutico de Castrelo de Miño pusieron en común sus trucos a la hora de lograr una mayor productividad y vistosidad en sus granjas virtuales. Algunos con sus propios portátiles (el municipio cuenta con servicio wifi de internet gratuito) y otros con los ordenadores que puso a disposición el Concello, todos lucieron hortalizas, rebaños de animales, árboles frutales y cabañas. Todo virtual.
Pasatiempo
Vanessa Sánchez Álvarez, una de las participantes, reconocía ayer que cuidar de una granja virtual é moi bo para pasar o tempo e desconectar dos problemas por un ratiño. Laura Güiza Barreiro, otra de las internautas de Castrelo de Miño, señala que le dedica aproximadamente media hora al cuidado de sus leiras por internet, ya que cuenta con una en las apli caciones más conocidas: Farmville, Farm Town, Amigos de la Granja y Country Life.
El carácter interactivo de este juego, en el que se pueden adjuntar vecinos que colaboran en el cuidado de las plantaciones, aportando regalos virtuales o incluso robando cosechas ajenas, lo hace muy atractivo para Samantha Gómez, tal y como reconocía ayer mientras mostraba al resto sus logros agrícolas en la pantalla del ordenador.
Mientras los granjeros virtuales cosechaban y recolectaban con el ratón del ordenador, los granjeros reales de Castrelo de Miño se reunían en el exterior del Club Náutico en la primera feria mensual de productos agrícolas, artesanía y antigüedades que organiza el Concello. Allí los huevos, quesos, productos de matanza, árboles frutales, aperos de labranza y semillas eran de verdad.
Los neófitos en la materia pudieron comprobar ayer que este nuevo pasatiempo, uno de los que cuentan con mayor fama dentro de las aplicaciones de las redes sociales como Facebook, constituye en sí mismo un universo paralelo. Los diez internautas (todos ellos de la ciudad y del propio municipio anfitrión) que se dieron cita ayer en las instalaciones del Club Náutico de Castrelo de Miño pusieron en común sus trucos a la hora de lograr una mayor productividad y vistosidad en sus granjas virtuales. Algunos con sus propios portátiles (el municipio cuenta con servicio wifi de internet gratuito) y otros con los ordenadores que puso a disposición el Concello, todos lucieron hortalizas, rebaños de animales, árboles frutales y cabañas. Todo virtual.
Pasatiempo
Vanessa Sánchez Álvarez, una de las participantes, reconocía ayer que cuidar de una granja virtual é moi bo para pasar o tempo e desconectar dos problemas por un ratiño. Laura Güiza Barreiro, otra de las internautas de Castrelo de Miño, señala que le dedica aproximadamente media hora al cuidado de sus leiras por internet, ya que cuenta con una en las apli caciones más conocidas: Farmville, Farm Town, Amigos de la Granja y Country Life.
El carácter interactivo de este juego, en el que se pueden adjuntar vecinos que colaboran en el cuidado de las plantaciones, aportando regalos virtuales o incluso robando cosechas ajenas, lo hace muy atractivo para Samantha Gómez, tal y como reconocía ayer mientras mostraba al resto sus logros agrícolas en la pantalla del ordenador.
Mientras los granjeros virtuales cosechaban y recolectaban con el ratón del ordenador, los granjeros reales de Castrelo de Miño se reunían en el exterior del Club Náutico en la primera feria mensual de productos agrícolas, artesanía y antigüedades que organiza el Concello. Allí los huevos, quesos, productos de matanza, árboles frutales, aperos de labranza y semillas eran de verdad.
