O RIBEIRO

Santo André triplicó la asistencia a la fiesta que exaltó la vaca cachena

La localidad de O Ribeiro carne del ganado criado en los montes de la zona y lo maridó con los vinos de la comarca 

A Festa da Tenreira Cachena se consolida en esta segunda edición triplicando el número de comensales en relación al pasado año. La mayoría de los asistentes procedían de la comarcas de O Ribeiro y Carballiño y la comisión de fiestas espera ampliar el radio de influencia en sucesivas ediciones a otras zonas de la provincia.

Más de 300 comensales degustaron esta carne ecológica, de las vacas que se crían al aire libre en los montes de Santo André, en el municipio de Ribadavia. Empanada, carne cocida, richada, postres y los reconocidos vinos del Ribeiro elaborados por los bodegueros de la localidad: Casal de Armán, Doña Elisa, Casal de Paula de Emilio Docampo, Elisa Collarte y Cume do Avia.

Los gaiteiros amenizaron la jornada gastronómica en la que también se disputaron juegos populares, hubo baile hasta la madrugada e hinchables para niños.

Por la noche, la comisión sirvió oreja de cerdo de forma gratuita a los asistentes. Según explicaron los organizadores, la Festa da Tenreira Cachena se celebra por segundo año consecutivo, coincidiendo con la fecha de la festividad Virgen del Rosario, en la que tradicionalmente se comía oreja. "Por eso decidimos ofrecerla, manteniendo la tradición", apuntaba la comisión, que organizó el evento gastronómico en colaboración con la junta de comuneros de Santo André, que son los propietarios de las cachenas.

En la actualidad disponen de una decena de cabezas, que pastan 25 hectáreas del monte, que han cerrado para tal fin. El principal objetivo de esta explotación ganadera está en mantener el terreno limpio, libre de maleza, al mismo tiempo que se comercializa la carne y se obtienen beneficios.

De este modo, surgió la idea de celebrar una fiesta de exaltación, sacrificando para la ocasión dos terneros. Los comuneros, no obstante, ya piensan en ampliar la explotación, que se ponía en marcha hace aproximadamente cinco años.

En un año o como mucho en año y medio, los comuneros de Santo André se han puesto la meta de duplicar el número de reproductoras, criando las novillas que van naciendo en el monte y adquiriendo algunos nuevos ejemplares, con la intención de aumentar los beneficios que reporta la venta de carne, al mismo tiempo que se persigue afianzar la fiesta, incrementando año a año el número de asistentes.

La jornada festiva de ayer concluía con una verbena que se prolongó hasta la madrugada, después de la degustación de oreja de cerdo, y la tirada de fuegos de artificio.

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