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Los técnicos rescatan cada año más de 700 kilos de anguilas en Frieira

photo_camera Marcial Carrera observa las anguilas que vacían del ascensor que las recoge en las aguas de la presa. (MARCOS ATRIO)

Utilizan una escala y un ascensor para capturarlas y las trasladan posteriormente a otros ríos para que puedan volver al mar

Los técnicos del Servicio de Conservación de la Naturaleza de Pontevedra están inmersos desde hace aproximadamente 15 días en el rescate de las anguilas en la central hidráulica de Frieira, cuyo embalse está situado entre Crecente, de Pontevedra, y Padrende, en la provincia de Ourense, y a 300 metros de distancia en donde el Miño separa Galicia de Portugal. La anguila europea ascienden por el Miño y llega habitualmente a Frieira entre los meses de julio y agosto, después de realizar un largo recorrido desde el Mar de los Sargazos, primero como larvas arrastradas por las corrientes marinas y ya cuando ascienden por los ríos (en torno a tres años después), transformadas en angulas, que continúan creciendo mientras nadan río arriba hasta convertirse en anguilas.

La presa de Frieira es un obstáculo insalvable para esta y otras especies como el salmón y la lamprea. El método que se utilizaba en un intento de salvar la anguila era mediante aspiración en las mismas compuertas de la presa en donde se acumulan ante la imposibilidad de seguir remontando el río. Así que en el año 2010, cuando Gas Natural-Fenosa construyó una nueva central de aprovechamiento del caudal ecológico del Miño, también se habilitó una escala especial, pero según explicaba Marcial Carrera, agente territorial del Servicio de Conservación de la Naturaleza de Pontevedra, apenas permitía capturar unas pocas, "porque no existía el efecto llamada", la corriente de agua que buscan para remontar. 

Sin embargo, en 2013 comprobaron que sí era muy efectiva la escala destinada a los salmónidos, hasta el punto de capturar en cada temporada más de 700 kilos (durante casi un mes) que sueltan de forma inmediata en afluentes del Baixo Miño y otros ríos en donde no se encuentran con obstáculos para remontar ni tampoco en su retorno al mar para desovar.
El sistema utiliza el efecto llamada o reclamo para atraer a las anguilas hasta un ascensor, que elevan desde el cauce hasta la cima de la presa en donde se vierten en un depósito. Una vez allí, los técnicos recogen una pequeña muestra, cuyos ejemplares son anestesiados para ser pesados y medidos. En esos momentos, oscilan entre los 10 y 14 centímetros y de 1 a 10 gramos de peso.

No obstante, y aunque no se aprecia desde arriba, en las compuertas de la presa se acumulan aquellos ejemplares más pequeños, que no han entrado en la escala y que se empeñan en continuar río arriba. Aprovechan un diminuto y casi imperceptible chorro de agua por el que reptan, incluso uno por encima de los otros, hasta llegar a las compuertas en donde no hay salida. En ese terreno, los técnicos siguen utilizando la aspersión para capturarlas y evitar que mueran en el intento.

Uno de los pocos estudios sobre la anguila en Europa

Desde la Estación de Captura de Frieira, las anguilas son distribuidas de forma inmediatas entre otros ríos del entorno. Sin embargo, después de varios años realizando este trabajo, Marcial Carrera apunta que este año han firmado un convenio con Portugal para soltarlas en aguas de ese país, porque al recurrir siempre a las mismas cuencas "non sabemos si estamos soltando demasiadas y no podrán sobrevivir o incluso si están afectando a otros peces". El técnico afirma que "estamos realizando uno de los pocos estudios sobre anguilas en Europa". Para noviembre y diciembre capturarán el salmón, y también está en proyecto empezar a experimentar con la lamprea, según indicó el agente.

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