OURENSE NO TEMPO

Conde y Covelo, fotógrafos del Couto

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photo_camera Ourensanas en el paseo. Foto Conde Imperial. (Mariló Sánchez).

En los últimos tiempos, he podido completar datos de dos de estos profesionales de la fotografía gracias a sus familias; “casualmente” vecinos del barrio del Couto.

En 2011 publiqué “Achegamento a historia da fotografía en Ourense” y en ella figuraban alrededor de 60 nombres de profesionales de la fotografía que en aquellos comienzos de este nuevo arte pasaron o se establecieron en nuestra ciudad y provincia. Hoy en día el listado ha crecido de manera considerable y se acerca a doscientos fotógrafos.

En los últimos tiempos, he podido completar datos de dos de estos profesionales gracias a sus familias; “casualmente” vecinos del barrio del Couto. Y hoy las comparto con vosotros, para que de alguna manera sirvan como pequeño homenaje a estos “vigilantes del pasado”.


Foto Conde Imperial.- Antonio Conde Rodríguez nació allá por el año veinte en la calle del Pájaro. Como la inmensa mayoría de los jóvenes de su generación tuvo que tomar decisiones y se convirtió en zapatero. Únicamente fue medio año, el que dedicó a elaborar zapatos a medida; rápidamente comenzó a leer revistas de fotografía y poco a poco fue descubriendo todos los secretos del oficio. Tenía 16 años cuando hizo sus primeras fotografías y aunque el paso del tiempo le ha hecho olvidar cual fue su primera cámara, su hija conserva con cariño la última una Yashica IC Linx 14E (buena cámara capaz de competir con las Leicas de finales de los 60).

Terminada la guerra en España y ya con 19 años, decide participar en la Segunda Guerra Mundial, enrolándose en la División Azul, donde a causa de la explosión de una granada pierde dos falanges de una mano y queda prácticamente sordo, motivo por el cual en 1941 regresa como caballero mutilado.

Retoma su afición por la fotografía, y es en ese momento cuando por consejo de su amigo Asdrúbal Ferreiro Cid (un conocido abogado y político natural de Xunqueira) decide abrir su primer estudio en la plaza de la colegiata de Xunqueira de Ambía, arrendándole un bajo a don Luis Pérez Coleman; en aquellos finales de los 40, la hermosa colegiata era uno de los templos más solicitados para bodas y bautizos.

Al mismo tiempo atendía a la clientela ourensana en su domicilio de la calle General Mola en el Couto, y años más tarde en la Rampa de Sas (en mi archivo figura Foto Conde en calle San Fernando, pero la memoria de Antonio no me puede confirmar que hubiera sido él u otro Foto Conde).

Antonio Conde fue uno de los primeros fotógrafos de calle en Ourense, era habitual encontrarlo en el Padre Feijoo, o en la entrada del Puente Nuevo esperando ser solicitado por la clientela. Hoy la salud y sus más de 90 años no le permiten salir de casa, pero continúa recordando aquellos tiempos.


Foto Covelo.- Eduardo Fernández Covelo, coruñés de nacimiento (octubre de 1921), la mayor parte de su vida la desarrolló en nuestra ciudad. Con la inconsciencia de la juventud, a los quince años y en contra de los deseos de su padre se fue a la guerra (en un primer intento, su padre lo hizo bajar del camión en el que se marchaba, pero fue inútil, al día siguiente se escapó de nuevo). No debió padecer grandes penurias en la guerra, quizás su extremada juventud colaborara en que no se le asignaran destinos conflictivos; el caso es que terminada la guerra y viendo como estaba la situación en el país, decide continuar con su vida militar. Poco más de un año había pasado en casa y se enrola en la División Azul, corría el año 1941 (de aquellas muchos jóvenes empleaban el endeble argumento de que “allí por lo menos comeré, y tendré un duro para tabaco”). A su regreso, tuvo que terminar de cumplir con el servicio militar (según parece por problemas en las fechas; me cuenta uno de sus hijos que para enrolarse falsificó su edad). Durante ese periodo se dedicó al boxeo, haciéndose popular con el sobrenombre de God el Tigre Orensano, pero solo fue un divertimento; su vida se encauzó cuando entra a trabajar en sindicatos, siendo encargado del negociado de emigración y posteriormente de cooperativas.

Es precisamente en la sindical, donde le autorizan a montar su primer laboratorio fotográfico, encargándose desde mediados de los cincuenta de hacer las fotografías para sindicatos. Al poco tiempo se le autoriza a trabajar también para el Gobierno Civil, y años después la sala Auria le ofrece el honorífico puesto de fotógrafo oficial .

Abrió el primer estudio del barrio del Couto, en la calle Ervedelo 63 (actual), el mismo local que posteriormente cedió a Foto Rafa. Colaboraba como corresponsal de la agencia Europa Press. Y por su afición al futbol era fácil encontrarlo en el estadio con su cámara.

Su trabajo principalmente era para los organismos citados, y de forma ocasional hacia reportajes de boda o bautizo para algún amigo. Sus últimos trabajos fueron para el diario La Región, puesto que dejó a un “desconocido” Enrique Reza. Falleció en 1986 con tan solo 65 años.

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