Las mejores vistas, en Ourense

photo_camera Circa 1918. Fotografía: Pedro Ferrer.

Me he propuesto en estos días navideños ofreceros lo mejor de la colección de fotografías que entre todos hemos ido recopilando (yo me considero un humilde y afortunado depositario de esas joyas) a lo largo de estos ya casi 15 años. Hoy os propongo un paseo a los alrededores de la ciudad, y desde allí apreciarla en su conjunto; eso era lo que con frecuencia hacía el maestro José Pacheco o, como sospecho, encargaba a alguno de sus colaboradores que lo hiciera; él era poco amigo de salir del estudio por trabajo.

Pero permitidme que “intente” aclarar algunos puntos sobre estas imágenes. Lo de intentar entre comillas es porque, en estos temas de lo antiguo, afirmar con rotundidad es muy arriesgado.

Lo primero es dejar claro que la mayor oferta de vistas de Ourense se pueden adjudicar al estudio de Pacheco, pero desde luego no es exclusivo y lo que parece demostrado es que no fue el primero. Ese honor se adjudica al profesor Benjamín del Riego, quien en 1888 obtuvo la vista que os muestro. Él parece ser que marcó la que iba a ser mejor zona para obtener estas imágenes: el entorno de la finca de los Sas “El Mirador”, en Salto do Can. El amigo Federico Román fue quien hace ya unos años me la prestó junto con los datos biográficos del autor que podéis leer en el blog (entrada del 4 de abril de 2011).

La siguiente propuesta es otra vista original y ciertamente poco repetida. En esta ocasión fue el maestro Pedro Ferrer quien, en 1918, desde el entorno de Montealegre obtuvo esta instantánea que convirtió en postal; probablemente el no haber aproximado el objetivo para tener más claridad fuera la causa de la escasa difusión de la postal, aunque si os fijáis es un tesoro, ya que se puede ver la trasera del antiguo convento de San Francisco junto a la iglesia en su ubicación original (esa zona se fue poblando de instalaciones del cuartel: polvorines, comedor, PPO, zona, policía militar, además de las ampliaciones del cementerio y los depósitos del agua). En aquel 1918 estaba diáfana toda esa zona, y se podía ver el trazado del Miño, hoy imposible por las edificaciones.

Como tercera opción, os presento esta vista en gran formato que hacia 1928 obtuvo Pacheco y distribuyó en formato de tres postales, pero que la mayoría de los que la compraron guardaron sin dividir, como recuerdo. Para mí es una de las más completas, y por ello he intentado recopilar datos que ayuden a su estudio:

La ciudad se prepara para la vendimia, luchando contra el gusano o polilla de racimo que tantas pérdidas ocasionaba. Las expectativas no eran muy halagüeñas y tras una lamentable cosecha de cereal, patata y castaña, el invierno se presentaba “crudo”. Don Luis Fernández Xesta regresa de sus vacaciones en Santa Tecla, Castro Caldelas.

La Gadulina de los laboratorios Bouzo causaba furor entre los ourensanos necesitados de un toque de energía. Para el invierno, el mismo laboratorio nos ofrecía la Emulsión SOT. Constantino Añel había dejado su puesto de teniente de alcalde por cuestiones de salud. La banda de música de Sobrado del Obispo era reclamada en todo festejo que se preciara, de manera habitual competía con los Trabazos, Os Enxebres y Os Trintas en amenizar los festejos populares. 

El Burgas CF competía en el antiguo Stadium del Couto contra el Norte, equipo pontino. En el Roma, los domingos se organizaba el “Te danzante”, una forma de diversión de media tarde con gran aceptación por el público de ambos sexos. El “siete lenguas”, conocido fielatero apareció herido y maltrecho en las cercanías de la fuente del Picho, inicialmente se pensó en una agresión por robo, sin embargo vecinos de la plaza del Jardín confirmaron que le habían visto dormido encima del muro y que seguramente se había caído, como se confirmó al ver que en el bolsillo llevaba 1.500 pesetas. Nace en la calle de la Paz la relojería El Cronómetro. 

Los Rondadores, nueva asociación lúdica en la ciudad. Un médico titular cobraba 2.500 pesetas al mes (15 euros). Las dependencias del Gobierno Civil abandonaban sus instalaciones en Luis Espada (hoy Alejandro Outeiriño), pasando a ocupar el Palacio Provincial (hoy Diputación). Las obras de la Plaza de Abastos avanzaban a buen ritmo, al tiempo que se sigue con las del Palacio de Hacienda. En ese mismo año, los vecinos de Canedo denunciaban la falta de su Plaza de Abastos.

 Muchos pueblos de la provincia aun carecían de fluido eléctrico y por fin varias villas estrenaban servicio telefónico. De todas maneras, en la ciudad las velas continuaban siendo imprescindibles y el teléfono, un lujo con muchas limitaciones (muchos aun recordamos tener que pedir conferencia a la operadora). El servicio de traída de aguas, sin embargo, por fin se completaba en ese año al rematar las obras en el vecino Puente Canedo. Se estrenaba la refundada banda de música de Celanova. Imprescindibles en las tertulias, ourensanos como el doctor Peña Rey, don Luis Pérez Coleman, don Constantino Bouzo y don Luis Fábrega. 

En La Troya se celebraban “asaltos” con orquesta; a uno de ellos asistió como invitada la coral Airiños d’aldea de Arnoya. Don Ramón aplaza su regreso desde Trasalba. Don Juan Xesta no se cansaba de agradecer la inmensa cantidad de donaciones que recibía para la reconstrucción de la Biblioteca Pública. En esa tarea tuvo la suerte de contar con la colaboración de un joven Eduardo Blanco Amor que, desde la Unión Provincial Orensana de Argentina, movilizo a toda la colectividad Los balnearios de Fuente Nueva, Cabreiroá, Sousas y Caldeliñas anuncian el cierre de una temporada espectacular.

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