OURENSE NO TEMPO

Nuestra Caja de Ahorros

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photo_camera Banquete de celebración de la inauguración de la Caja de Ahorros. Se celebró en el depósito del agua de San Francisco y en él estaba lo más granado de la sociedad ourensana. (Colección Expo. Faustino Santalices.)

Las cajas de ahorro nacieron para hacer frente a la necesidad de apoyar al pequeño ahorrador, o al menos esa fue la motivación inicial. Con aquel objetivo, se revitalizó Ourense

Esgrimía don Constantino Añel en un artículo publicado en el diario La Zarpa de 24 de mayo del 1933, el principal argumento que iba a conseguir que las cajas revitalizaran aquel vetusto Ourense, al tiempo que les permitiría llevar a cabo una labor social muy necesaria: “Ya que no hay dividendos ni sueldos de consejeros, en estas cajas solo hay amor y desinterés, única razón de vivir, y así progresan”.

Las cajas de ahorro nacieron para hacer frente a la necesidad de apoyar al pequeño ahorrador, o al menos esa fue la motivación inicial. No se conocían sistemas de protección social y sin duda la banca privada no se mostraba dispuesta a colaborar con lo que no fueran empresas y/o grandes fortunas. En ese estado de cosas, la clase política de mediados del siglo XIX comenzó a fomentar la creación de las cajas de ahorro. Su filosofía era claramente de servicio a la ciudadanía, sin buscar el lucro de la entidad, ese fue el motivo de que desde el primer momento los gobiernos locales formaran parte principal de los consejos de administración y órganos directivos. 

En Ourense hubo que esperar al año 1932 para poder inaugurar la “nuestra”. Dirigía la Diputación Provincial el farmacéutico Luis Fábrega Coello, y él fue quien se empeño en su creación. Cierto es que contó desde el primer momento con la colaboración de toda la clase política, la Federación Socialista con “Manoliño” Suarez a la cabeza y la mayoría de los industriales locales, conocedores de las necesidades de nuestra población. Los Villanueva, Zarauza, Junquera, etc. fueron de los primeros en abrir cuentas en la nueva entidad.

20180119161931251_resultEs obligado reconocer que en el caso ourensano, hubo que aguardar al bum de la emigración para que la caja viviera sus primeros momentos de esplendor. Lejos quedan aquellos días en los que Don Luis se acercaba a la oficina de la caja en los bajos de la Diputación (aún hoy existe la puerta aunque permanece cerrada e inutilizada) y después de consultar como iban los movimientos del día, escasos o inexistentes la mayoría de las ocasiones, efectuaba un ingreso en su cuenta.

La colaboración de la caja fue fundamental para el crecimiento de las escasas industrias que se crearon en la provincia, y para mejorar la calidad de vida de los ourensanos; la proximidad en aquel momento fue esencial. El tiempo y… han demostrado que no era viable un sistema cuasi familiar como era el de la Caja ourensana, pero algún modelo deberemos de encontrar para que se pueda seguir ayudando y fomentando la pequeña y mediana empresa que son los auténticos dinamizadores de las economías locales frente a los monstruos multinacionales.

Una de las fotografías que ilustran este artículo es una bella postal del fotógrafo Lucien Roisin, quien retrató nuestra calle del Progreso en aquellos comienzos de los años 30. En primer plano, los autobuses de línea, y uno de los locales más visitados en aquellos tiempos, la peluquería de Linares, que combinaba las labores de Fígaro, con una interesante tertulia social y la administración de varias de las empresas de transportes de la provincia.

La otra imagen recoge la “foto de familia” de la inauguración de la Caja de Ahorros de Ourense el día 20 de mayo de 1933. En aquellos tiempos el depósito de agua de San Francisco era el lugar elegido para la mayoría de esas celebraciones, “por lo ventilado y fresco del lugar”. Entre los personajes reconozco, cómo no, a Luis Fábrega Coello, Justo Méndez Aguirre, Constantino Añel, Manuel Suárez Castro, José Zarauza, Gurriarán, Francisco Santiago, José de Las Cuevas, Avelino Tizón y Prado Lameiro. El banquete fue amenizado por el coro los Enxebres, del que posan muchos de sus componentes con la bandera. 

Para terminar, os aconsejo que os fijéis en la esquina izquierda de la imagen, donde se habían reunido tres personajes fundamentales en la historia ourensana, el músico y lutier Faustino Santalices, el profesor y fotógrafo Luis Fernández Pérez “Xesta” y Don Basilio Álvarez, o “Abade de Beiro”.

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