Veranito, veranito, que ganas tenemos de respirar aire, oler a mar y olvidar, aunque solo sea por un momento, esta pesadilla que nos acompaña desde hace... y las nuevas que han surgido...
Hoy encontré en mi archivo esta fotografía en la que sale mi querida abuela Margarita, (Ramonita para mí), y al ver la fecha, verano del 1921, no pude evitar hacer un paralelismo. Ya sabéis que esta pandemia tuvo serios antecedentes en el pasado. El más grave por cifras, sin duda, el que asoló el mundo en 1918. La fotografía que se hizo en la playa (podría ser la Barbeira de Baiona, aunque también existen muchas probabilidades de que sea Camposancos en A Guarda) permite comprobar que las costumbres ya se habían relajado y la sociedad retomaba la casi normalidad; fueron de aquellas años muy duros, caóticos, pero tuvieron fin, con muchas dolorosas pérdidas en todas las familias, pero ¡se acabó!
Nos alegramos al descubrir que las bajas han sido menos, pero por desgracia, y aunque solo fuera una, siempre serán demasiadas. Intentemos al menos aprender de lo ocurrido.
