Análisis

Elecciones 2020 en Galicia | 12-J: ¿todos ganadores? Esta vez, eso ya no cuela

OURENSE 12/07/2020.- Elecciones autonómicas 2020. Os Remedios, Miguel Santalices votando. José Paz
photo_camera Jornada electoral en Os Remedios (FOTO: José Paz)
Los populares dominan la provincia. Se le pueden buscar las cosquillas en la pérdida de votos totales, pero en porcentaje ganan e incluso suman votantes alrededor de la ciudad; en el PSOE, incluso quieren ser optimistas. 

El panorama político ourensano ha dado un vuelco, al menos en su flanco izquierdo. Ourense, que refrendó en los comicios del 12-J la hegemonía del PP, nunca ha sido amiga de multipartitos. Siempre fue la provincia gallega en la que más han tardado en irrumpir las formaciones de nuevo cuño –quizás por eso el auge del BNG fue ligeramente más débil que en otros puntos de la geografía gallega–. Ni Ciudadanos ni Vox, y solo con mucho esfuerzo En Marea, consiguieron cautivar a los ourensanos, que ahora, a la primera de cambio, los han barrido del mapa político. 

Un PP en buena onda

Los populares ha vuelto a dominar en la provincia y salen de estas elecciones reforzados. Aunque desde la oposición, especialmente el PSOE, destacan la pérdida de apoyo popular –fácilmente entendible por la caída de participación desde el 66% al 60%– el respaldo en las urnas no varía en términos porcentuales, por encima del 53%, y solo se quedan con la espinita clavada de haber perdido el noveno diputado, el que era gran objetivo.

En todo caso, los populares salen reforzados porque ganan peso, especialmente, en su talón de Aquiles en los últimos años, la ciudad y concellos del área metropolitana como Barbadás. En algunos puntos como Pereiro, Toén o San Cibrao incluso suben en votos, pese a la baja de participación, muestra inequívoca de tendencia alcista. 

En la ciudad, no se aprecia desgaste por el pacto con DO pero tampoco un trasvase de votantes de esta formación en 2016, que aglutinó el 9% de los votos en la ciudad mientras que ahora el PP sube casi un 3%. Los populares ourensanos se reivindican, pese a todo, como el contrapeso necesario para que Feijóo consiguiera retener la Xunta, ya que, de nuevo, son las provincias atlánticas, especialmente Pontevedra. 

El poder del PP, de momento indiscutible, contrasta con la posición en la que queda el resto de partidos. Desde el centro hasta la derecha, no se aprecian rivales. Ciudadanos queda sumido en la irrelevancia, con menos del 1% de apoyos, y toca fondo, sin que sea fácil encontrarles hueco en la política ourensana, que solo parece aferrarse al carisma de su líder en la ciudad, José Araújo, corriendo el riesgo de convertirse en un mero partido local con epicentro en Palmés –única mesa de la provincia en la que parece triunfar el proyecto–.

Vox lo intenta, pero no encuentra hueco. En las generales parecía abrirse paso con algo más del 5% de apoyos, pero el baño de realidad de las autonómicas ha rebajado sus expectativas. El discurso no cala en el rural ourensano, como sí lo hace en otras partes de España, y nada hace indicar que esto vaya a cambiar.

La izquierda se batirá en las municipales

En el lado izquierdo del arco político, hay cambios contundentes. En el BNG, aunque de puertas afuera exhalan contención, se saben capaces de aprovechar el tirón de Ana Pontón. ¿Por qué no optar a gobernar la ciudad con estos mimbres? Ahora, tienen tres años por delante para no descapitalizar el rédito y optar a ser izquierda referente en las municipales. 

En el PSOE los ánimos internos no parecen ser tan malos. Las personas cercanas a la dirección están convencidos de que el socialismo ourensano sale reforzado. Es la única provincia que aguanta el embiste del BNG, casi igualándolo, sube un escaño, frente a Coruña y Lugo, y  la izquierda en su conjunto alcanza mejor resultado del que esperaban. No creen que haya desgaste y confían en volver a tomar la iniciativa en las municipales, aprovechando que su músculo municipal es superior. 

Pero los socialistas no pueden esconder algunas realidades. Han dejado de ser una referencia de la izquierda, algo que En Marea no  logró hacer. Quizás, el mérito de aguantar al BNG tenga que ver más con el poder del bipartidismo en Ourense y la tardanza en llegar los nuevos cambios. Y en el seno de partido, vuelve a reinar la sensación de divisiones internas. 

Del resto, poco. De Galicia en Común no queda mucho más que  recoger las cenizas. ¿Marea? ¿Qué era eso? Ni ellos lo saben. Dicen que entre ellos "si te he visto, no me acuerdo". 

Partido a partido

El PP pierde votantes en cifras absolutas, más de 10.000. Es la única cifra negativa, porque en porcentaje apoyo se mantiene y su liderazgo sigue siendo indiscutible. 

El BNG tiene mucho que celebrar, al dar el sorpasso al PSOE. Sin embargo, solo consigue ser segundo en 32 concellos. Le queda mucho que "sachar" en el rural. 

El PSOE puede presumir, y lo hace, solo de perder menos votos que el PP en cifras absolutas. Pero apenas sube dos puntos ante la debacle de Podemos y deja de liderar la izquierda. 

Galicia en Común, borrado del mapa, con poco más del 2% de apoyos y apenas 200 votos más que Vox, que le supera en gran parte de concellos del rural. Condenado a la irrelevancia. 

Ciudadanos se hizo fuerte en Palmés, donde su candidato, José Araújo, tiene tirón. Si pretenden vivir solo de su líder, corren el riesgo de quedarse reducidos a partido de la ciudad.

Vox aguanta mejor que Cs. En algunas zonas del rural hay brotes "verdes",  pero su discurso no cala. La falta de mensaje propio impide su avance. 

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