ENTREVISTA

"El bosque puede ser el mejor plan de pensiones, hace falta una cultura"

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photo_camera José Manuel Iglesias Vila.

José Manuel Iglesias Vilas preside el Clúster da Madeira e Deseño de Galicia

José Manuel Iglesias Vila, presidente del Clúster da Madeira e Deseño de Galicia, un organismo que aglutina a empresas vinculadas al sector de la madera, será uno de los protagonistas de la jornada organizada por el Grupo de Análisis y Debate Manuel Colmeiro esta mañana en el Marcos Valcárcel para abordar la gestión de los montes, cuestión que la última ola de incendios ha vuelto a poner sobre la mesa.

¿La gestión del monte es clave en el problema de los incendios?
Es un problema complejo, pero una parte fundamental es el abandono. Siempre pongo como ejemplo la comunidad de montes de Cee, donde decidieron que no iba a haber incendios, establecieron procedimientos, vigilancias nocturnas. Mi teoría es que la cultura del marisqueo, donde hay que sembrar para recoger, es la que les inspiró para que sin ningún recurso más que la determinación, consiguieran erradicar los incendios.

¿Eso no es exportable a zonas como Ourense, donde cada cierto tiempo hay un drama?
Por supuesto que sí, pero hay un círculo vicioso de despoblación y abandono que debe corregirse con la generación de valor, hacer atractivo el medio rural para que personas vean que la actividad forestal y la vida en el rural es digna y atractiva para jóvenes y proyectos empresariales.

¿Qué papel juega el sector de la madera?
Tenemos una cadena de valor muy completa y amplia, que arranca desde propietarios forestales hasta empresas de servicios o rematantes, con segmentos de excelencia, como el contract, en el que la peor empresa de Galicia es de las mejores de Europa o los rematantes, que consiguen compensar el minifundio, las dificultades que tiene nuestra territorio, con una gestión muy eficiente. Varios expertos en bosques y CO2 de Europa se quedaron admirados de como en Galicia éramos capaces de reunir en pequeñas parcelas el suministro suficiente para mover empresas que exportan a todo el mundo.

Por lo que me dice, tenemos una verdadera riqueza.
Por supuesto, tenemos tres veces más capacidad que Finlandia, que es una potencia forestal. Me gusta explicar por qué lo es, perdió una guerra con la URSS y tuvo que pagar la deuda con el único recurso que tenía, el bosque. Gracias a la economía de escala que se configuró salió la capitalización de empresas como Nokia. Los derivados del petróleo, como los plásticos, cada vez son más escasos y son combustibles fósiles. La madera es renovable, consume muy poca energía en su transformación y drena el CO2. Es el material del futuro y en Galicia nuestro petróleo verde, pero tenemos que generar una cultura, legislación, seguridad jurídica para que inversores apuesten, para que veamos que el bosque puede ser nuestro mejor plan de pensiones.
 

Sin embargo, estamos quemando nuestro futuro.
El impacto de la ola de incendios nos debe hacer pensar a todos que tenemos que ponernos de acuerdo en buscar una solución. Galicia no puede crecer desequilibrada y está muy unida a lo verde. No podemos sobrevivir en Galicia con el eje Vigo-A Coruña, tenemos que fomentar un equilibrio que nos permita gestionar bien el territorio. Si no hay empresarios motivados, lo acabará gestionando el fuego.

¿Hace falta una política a largo plazo?
El cortoplacismo y las refriegas electorales están en contradicción con un sector a largo plazo, con sostenibilidad ambiental y social. Exige un gran pacto forestal con el que no solo queremos un bosque productivo, sino orientado hacia al mercado. Se debe contemplar la sostenibilidad social, ambiental y económica, si una de esas patas falla no tenemos futuro.

¿Qué piensa cuando escucha tras cada incendio que las madereras están detrás?
Es absurdo, no tiene ninguna explicación, se dicen tonterías, nadie pretendería tener una abundancia por unos meses y sacrificar el futuro. Además, ninguna investigación ha aportado alguna prueba sobre esto.

¿Preocupa el cambio climático al sector?
El sector forestal y la madera son instrumentos fundamentales para combatir el cambio climático. Se dice que millones de personas se irán a las ciudades a vivir y que hay que hacer las casas de madera, porque si no el mundo no aguantará el impacto derivado de la enorme energía que consumen hormigón y acero. 

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