Reportaje

Noches en vela de panadero durante 40 años en Ourense

Manuel Mosquera tiene 81 años y vive entre Celanova y Ourense.
photo_camera Manuel Mosquera tiene 81 años y vive entre Celanova y Ourense.

Manuel Mosquera tiene 81 años y lleva media vida sufriendo insomnio crónico. Aunque está medicado, solo consigue dormir dos o tres horas diarias, asegura que no se siente cansado y que su mal sueño viene de sus largas noches en el obrador.

 

Manuel Mosquera duerme solo dos o tres horas diarias y lleva así cuarenta años; cuarenta años como paciente de insomnio crónico. Su médico de cabecera en el centro de salud de A Cuña, el que lo trata de toda la vida, el doctor Carlos Menéndez siempre le pregunta cómo es posible que se mantenga en pie.  “Duermo poco, pero me siento bien; no estoy muy cansado. Además, me acuesto unos 30 minutos después de comer”, asegura este jubilado, que vive entre Ourense y Celanova y trabajó 60 años como panadero, una profesión caracterizada por las noches en vela en el obrador.

A las once y media de la noche se mete en la cama, pero tarda más de dos horas en conciliar el sueño. “Si tomo la pastillita que me han recetado, Zolpidem, me duermo más rápido, pero solo la tomo a veces”, reconoce Manuel. Normalmente, no logra dormir ni tres horas. “El resto de la madrugada estoy medio despierto y medio dormido.  Me quedo tranquilo, muy calladito y con los ojos cerrados para no molestar ni despertar a mi mujer”, señala, entre risas, este hombre de 81 años que tiene tres hijas y tres nietos. Lolita, su esposa, bromea con él y le dice que siempre que lo mira tiene los ojos cerrados, y que a ver si duerme más de lo que recuerda.

Antes de las ocho de la mañana ya está en pie, tanto en invierno como en verano. “Comemos muy temprano, a las doce del mediodía, y luego me acuesto unos 30 minutos y no me entero de nada”, explica.

Manuel y Lolita tenían una panadería-pastelería en la Avenida de Zamora de la ciudad. “Siempre teníamos mucho trabajo y andábamos muy cansados, pero estas Navidades añoré mucho aquella época, en la que trabajaba de noche y dormía de día. Puede que este insomnio venga de mis días de panadero, en los que ya descansaba mal”, confiesa Manuel. Su mujer siempre le repite la misma cantinela desde el día que se jubiló, hace ya veinte años: “Antes no podías y ahora no quieres”.

Lo que para mucha gente es normal, dormir siete u ocho horas al día como se recomienda a los mayores de 65 años, para Manuel Mosquera es un imposible

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