Reportaje

51 ourensanos solicitaron ser excluidos de los juegos online


OURENSE (AVENIDA BOS AIRES). 25/01/2021. OURENSE. Una persona juega a una máquina tragaperras. FOTO: ÓSCAR PINAL
photo_camera El uso de las tragaperras se vio limitado con las restricciones sanitarias y el cierre de la hostelería (ÓSCAR PINAL).
15 ludópotas de la ciudad acuden a tratamiento en la Asociación Gallega de Jugadores de Azar

En la provincia de Ourense 51 personas solicitaron ser excluidas del juego online durante el pasado 2020. Son un 10,9% más que el año anterior pero, aunque aumenta el número de usuarios que deciden rehabilitarse, paralelamente también se incrementa el número de adictos al juego en internet.

 Desde que comenzó la pandemia, por temporadas, los salones de juego estuvieron cerrados al público, igual que los bares que tienen tragaperras o máquinas de apuestas. Con las nuevas restricciones, la historia se repite, sin embargo, "eso fue la causa de que aumentasen otras opciones como el casino o las tragaperras online. Es una evolución al alza", explica Juan Lamas, presidente de la Asociación Gallega de Jugadores de Azar (Agaja). 

La opción que ofrece el Ministerio de Consumo, que gana adeptos continuamente, supone que una persona que se haya inscrito en el registro no pueda acceder a portales de juego online que son competencia estatal, pero sí a establecimientos físicos de juego que son competencia autonómica: "En la comunidad gallega no tiene mucho sentido porque las apuestas deportivas se pueden realizar en bares sin el DNI", explica Lamas.  

En Ourense, 15 personas acuden a Agaja para tratar sus problemas con el juego: "Otros en vez de la terapia, recurren directamente a la vía administrativa, sin embargo, el sistema presenta déficits. Las personas menores de edad siguen accediendo y a algunas que están en el registro se les deja entrar igual, porque quien rige es el factor humano", indica el presidente de la asociación.

El perfil del ludópata

Desde Agaja anuncian que hay un cambio de perfil de las personas que acudieron el último año a tratamiento. "Se está estableciendo el comienzo de la adicción al juego a los 14 años. Un dato muy preocupante", afirma Lamas.  

Otras características comunes en la mayoría de los ludópata es que suelen ser hombres, de entre 18 y 30 años, jugadores de apuestas deportivas, universitarios o estudiantes en búsqueda de su primer empleo y normalmente con pareja. 

Sin embargo, "las personas adictas llevan una doble vida", indica el presidente de Agaja. Por un lado, está la parte pública, "en la que los jugadores tienen menos problemas que otro tipo de adictos, porque los efectos son menos visibles", y por otro, la parte de la adicción,"que termina explotando. En el caso de un alcohólico, lo haría con un coma etílico y en el caso de un adicto al juego, se daría un descalabro total de su economía", explica Juan Lamas.

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