Absuelto de abusos sexuales a la hija menor de su pareja

la sala valoró que la declaración de la joven resultó "muy escueta" y poco contundente, con contradicciones

La Audiencia absolvió del delito de agresión sexual continuado a Víctor P.F. al considerar que no hay pruebas para acreditar una infracción por la que las acusaciones (fiscal y acusación particular) pedían hasta 12 años de prisión en tanto que la víctima era menor de edad cuando ocurrieron los hechos, durante tres años.

La sala, tal como sostenía el letrado del procesado, Juan Carlos González Iglesias, tiene en cuenta que "el testimonio de la menor carece de verdadera fuerza probatoria" y, añade, "los restantes elementos de prueba que se aportan no son por si suficientes para acreditar la veracidad de los hechos contenidos en el escrito de acusación".

Aunque los informes periciales de la pediatra y dos psiquiatras apreciaron una sintomatología propia de la existencia de abusos, "el carácter meramente 

probabilístico de los informes, que si bien afirman la presencia de una sintomatología propia de la existencia de abusos, no son suficientes para afirmar que se produjeran". 

Asimismo, la sala tiene en cuenta que la declaración de la joven resultó "muy escueta", poco contundente y con contradicciones. La sentencia recuerda que las técnicas del Imelga valoraron ese testimonio como escaso para un relato de abusos prolongado en el tiempo durante tres años.

Entre las contradicciones que destaca el fallo, figura que la menor precisó a preguntas del fiscal que el procesado la obligaba a masturbarlo si bien ante la defensa puntualizó que no lo hizo porque sacó la mano.

Durante el juicio, Víctor P.F. mantuvo que era "todo mentira" y acusó a la menor de "fabular" . Según su relato, la hija mostraba cierto rechazo hacia él porque "estaba obsesionada con que la madre volviese con el padre", llegando incluso a intentar "separarlos". 

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