Tribunales

El acusado de darse a la fuga tras arrollar mortalmente a un motorista se enfrenta a 14 años de cárcel

Un grupo de conductores, junto al cadáver del motorista fallecido, en un margen de la N-525.
photo_camera Un grupo de conductores, junto al cadáver del motorista fallecido, en un margen de la N-525.
El acusado de darse a la fuga tras arrollar a un motorista niega que fuera el conductor del coche

Carlos P.P., de 37 años, el conductor, que según el ministerio fiscal, atropelló a un motorista a las 11,10 horas del 7 de septiembre del 2019 en la N-525 a su paso por la ciudad, se enfrenta a una petición de condena de hasta 14 años de prisión por los delitos de homicidio y conducción sin carné en concurso con un delito de conducción temeraria y contra la seguridad del tráfico.

Alternativamente, la fiscalía plantea que sea penado con cuatro años de años de prisión por conducción sin carné en concurso ideal con conducción temeraria y homicidio por imprudencia grave, además de omisión del deber de socorro.

El motorista, un vecino de Lisboa (Portugal), de 37 años, que estaba de paso tras unos días de vacaciones con su padres en la costa gallega, falleció prácticamente en el acto a causa de las gravedad de las lesiones que le causó el vehículo al pasarle por encima.

Carlos P.P., que entonces ya había sido condenado en dos ocasiones por delitos contra la seguridad vial -le había sido retirado el carné hasta mayo del 2020-,  según el ministerio fiscal, conducía bajo la influencia de las bebidas alcohólicas y a excesiva velocidad y, tras arrollar el motorista, continuó la marcha, abandonando el vehículo que pilotaba, un Audi A-4, en la rúa Coto Berredo. Aparcó el coche en esta zona al no poder continuar, según la fiscal, dado los daños que presentaba el motor, que provocaron que perdiera todo el aceite. El imputado, según su abogada, niega los hechos, argumentando que no era el  que conducía el vehículo.

El ministerio fiscal acaba de formular la acusación contra el conductor, argumentando que, tras realizar una maniobra antirreglamentaria, cambió de carril en la citada nacional, encontrándose con el motorista, que circulaba a una velocidad mucho menor, lo que provocó que colisionara por alcance. La motocicleta, según el ministerio público, quedó atrapada por una rueda del coche, siendo arrastrada más de 16 metros, hasta que salió despedida, chocando de nuevo contra la mediana.

El conductor del coche, según la fiscal, no llegó a activar en ningún momento el freno, lo que provocó que el motorista fuera  "envuelto" y "atrapado" en los bajos del automóvil a lo largo de 50 metros, tras los que salió despedido. Entre el punto en que se produjo la colisión y el lugar en que se encontraba el cadáver, según el ministerio público, hay 74 metros.

Coartada

Junto al acusado viajaba como copiloto Carlos A.P.P.,  que según la fiscal,  le instó sin éxito a que parara el coche. No hizo caso y continúo la marcha. Carlos P.P., una vez que abandonó el vehículo,  según el ministerio público, se dirigió al domicilio de su padre en O Polvorín, donde se cambió de ropa y, con un nuevo coche, modelo BMW, se dirigió a un establecimiento en Santa Cruz de Arrabaldo, donde trabajaba una conocida suya, Josefa G.P., alias Pucha -un confidente policial que está implicada en la operación Zamburiña-, con la que se fue y dio coartada -declaró en sede policial que en el momento del accidente estaba con ella en su casa en Barbantes-. El ministerio fiscal pide para Josefa G.P. un año y nueve meses por un delito de encubrimiento. El acusado terminó entregándose dos días después ante la Policía Local, que procedió a su detención. 

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