El teléfono se ha convertido en elemento imprescindible de muchos desde que comenzó el confinamiento. El acompañamiento de los voluntarios de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) en la provincia ha dejado de ser presencial para volverse telemático, lo que permite mantener el apoyo, imprescindible estos días. "La gente está preocupada, hay mucha incertidumbre, angustia. Las personas que padecen cáncer no solo se enfrentan a la enfermedad, sino también a las condiciones de estos días", explica Belén Pérez, coordinador del área de voluntariado de la entidad en la provincia.
Mientras los pacientes continúan con su tratamiento, los voluntarios, antes con ellos en el CHUO, ahora los acompañan vía telefónica. "Es otro tipo de carrito, pero sigue siendo igual de necesario", asegura Nieves Fernández, una de las implicadas en el proyecto. En mayo cumplirá 19 años formando parte del voluntariado de AECC, y asegura que se ha adaptado al cambio al mundo telemático "sin problema". "A mí me gusta mucho el teléfono, ahora toca hacerlo así, se hace", explica. Cada semana dedica dos horas de su tiempo a intercambiar llamadas con los afectados que lo solicitan –"es el tiempo estipulado por la asociación–. Hasta el momento, las llamadas han sido largas: "Lo más importante es escuchar. Claro que al principio sacas un poco tú el tema, pero luego es cuestión de escuchar, de mostrar apoyo, de acompañar. Y duran lo que la persona quiera, yo he tenido llamadas de una hora, de hablar y hablar, de acabar las dos agotadas". Fernández no solo habla con usuarios que están solos, sino también con aquellos que, acompañados, también lo necesitan: "A veces prefieren contarte a ti ciertas cosas, porque es menos doloroso que decírselo a las personas que más quieren".
La voluntaria asegura que el efecto de las llamadas es bidireccional, ya que ayuda a ambos. "Suena a tópico, pero es cierto que nos dan mucho más de lo que nosotros le aportamos, aunque no lo parezca. Y más, en estos días".
