Tribunales

Acude a un piso a comprar hachís y le rebanan el cuello

La calle en donde está el piso en el que ocurrió el apuñalamiento // ÓSCAR PINAL
photo_camera La calle en donde está el piso en el que ocurrió el apuñalamiento // ÓSCAR PINAL
"Pensé que no salía vivo", asegura el trabajador de un taller que le prestó los primeros auxilios

Los empleados del taller Dofer de la calle Bernardo González Cachamuíña, pese al impacto inicial, no dudaron en socorrer, el pasado martes pasadas las cuatro y media de la tarde,  al joven que se sujetaba con la mano la garganta y entró al negocio sangrando abundantemente por el cuello. El amigo que le acompañaba se limitó a gritar: "¡Ayuda, ayuda!". Los trabajadores del taller, que pensaron , antes de ver la sangre, que se había atragantado, acudieron rápidamente a las trastienda para coger una camiseta y así tratar de contener la hemorragia al tiempo que llamaban al 061. "Colocamos al chico en el suelo y le hice la comprensión en el cuello con una camiseta limpia porque sangraba incluso por la boca; pero todo fue muy rápido porque la ambulancia llegó a los dos minutos", explica Jorge López. El  trabajador del taller asegura que la rápida presencia de los sanitarios fue crucial. "Pensé -reconoce- que no salía vivo de aquí".

Francia-Madrid-Vigo

El lesionado, de 25 años,  ingresado en el CHUO, poco pensó que sus vacaciones  acabarían de esta forma. Formaba parte del grupo de ocho jóvenes que optaron por viajar a Galicia, con una primera parada en Vigo. Cuatro de ellos llegaron de Francia y se juntaron con otros cuatro residentes en Madrid. Una vez juntos decidieron saltarse el cierre perimetral para viajar al norte. En su parada en Ourense, decidieron acudir a un domicilio de As Lagoas para comprar hachís. Hasta el piso de Bernardo González Cachamuíña se desplazaron dos de ellos. Según la versión policial, "el vendedor asestó una puñalada en el cuello a uno de ellos en el momento de la negociación por el precio de las sustancias ". El herido salió de la casa por su propio pie y fue dejando un rastro de sangre desde la misma puerta de entrada.

 El presunto traficante, Ismael P.M., quien fue detenido al día siguiente, aseguró al juez que actuó en legítima defensa porque los jóvenes quisieron agredirlo.

Ayer pasó a disposición judicial por un presunto delito de homicidio en grado de tentativa y tráfico de drogas y quedó en libertad pese a que la fiscal pidió su ingreso en prisión provisional. El juez que lleva el caso aprecia lesiones graves.

Registro 

La Policía Judicial, para el total esclarecimiento de los hechos, solicitó al juzgado la entrada y registro en el piso en el que supuestamente se vendía hachís.  La inspección se realizó el pasado jueves a las dos de la tarde. No apareció droga pero sí, según fuentes policiales, instrumentos utilizados para su manipulación. No apareció el objeto punzante con el que se perpetró la agresión. 

Malestar entre los policías por la decisión del juez 

La puesta en libertad del detenido no ha sentado bien en medios policiales.  El Sindicato Unificado de Policía salió al paso y criticó el "desamparo  al que los agentes están sometidos en su trabajo diario", y urge a los superiores a encauzar las relaciones con la judicatura.  "Sentimos impotencia al comprobar como los buenos servicios que presta la comisaría no obtienen el respaldo necesario en beneficio del ciudadano”, aseguró el  responsable gallego del SUP, Roberto González.

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