Chaquetas, pantalones, zapatos, un chándal, un bote de champú, el desodorante fueron algunos de los enseres que fueron sustraídos de un piso de la calle Nogueira de Ramuín que compartían seis personas durante el confinamiento del año 2020. Uno de los inquilinos, ahora en la prisión de Bonxe (Lugo), acusa a la pareja formada por José Miguel G.P. e Isadora G.D.S. del hurto, al que añade 250 euros en efectivo.
Los jóvenes lo negaron y atribuyeron esta acusación a un “vendetta” del denunciante porque la acusada denunció primero la desaparición de su móvil en un momento en el que fue al baño. La mala relación entre unos y otros provocó que los denunciados se fueran de la casa al mes de llegar y en plena reclusión (mayo de 2020). El supuesto perjudicado aseguró que el dinero y las prendas desaparecieron cuando dormía pero también admitió que en esa casa había más inquilinos. El letrado de Miguel incluso le recordó que había admitido en el juzgado la opción de un extravío en mudanzas anteriores.
La fiscal reclamó 10 meses de cárcel por un delito de hurto en concepto de coautores.
