Aumenta el número de voces críticas con la deriva en la que está la Confederación Empresarial de Ourense (CEO), sumida en un enfrentamiento entre la presidenta de la entidad, Marisol Nóvoa, y la Asociación de Jóvenes Empresarios (AJE), liderada por Lois Babarro. Desde la propia dirección de la CEO, el segundo en el escalafón del gobierno de la patronal, el vicepresidente Alejandro Cruz —también presidente de la Asociación de Empresarios de Barreiros—, ha mostrado su desazón por "la escalada de diferencias públicas" aireadas en los últimos tiempos. Cruz habla de "desavenencias, comportamientos desleales, acusaciones y reproches, que generan un bochorno general difícil de asumir".
En un escrito remitido ayer, coincidiendo con la publicación de unas palabras en similar sentido de José Antonio Rodríguez Araújo, presidente de los empresarios de San Cibrao das Viñas, el vicepresidente de la CEO dice que el conflicto "está dañando gravemente la imagen y los intereses de los respectivos colectivos y constituye un flaco favor a la sociedad ourensana a la que, en definitiva, se deben ambas entidades" (CEO y AJE).
Opina Cruz que el momento no puede ser más inoportuno, por cuanto los empresarios están preocupados por la crisis del covid-19: "Estamos en tiempos que requieren esfuerzos extraordinarios para salir de una situación inédita de la que todavía desconocemos cual será su verdadero alcance, en la que cada quien tiene su cuota de responsabilidad".
Sin embargo, el tono de entendimiento empresarial propuesto por Alejandro Cruz se matiza a la hora de enjuiciar la actitud de Lois Babarro, presidente de AJE, diciendo que "los empresarios no podemos permitirnos el lujo de que nuestros órganos de representación dilapiden el tiempo en la sublimación del ego del presidente de los jóvenes empresarios en vez de apostar por los intereses del sector, que son los del común, so pena de vernos justamente señalados por el dedo de quienes nos eligen".
Cruz cree, por otra parte, que los empresarios deben estar preocuoados por los grandes retos de la provincia "agravados por la situación socioeconómica y sanitaria actual". Recuerda en su escrito que "las organizaciones empresariales están moralmente obligadas a trabajar sin desmayo para poner su grano de arena en pos de la solución definitiva".
Habla de una estrategia para optimizar el impacto de la llegada del AVE, "tantas veces proclamada y nunca abordada con seriedad, corre serio riesgo de quedarse en un mero y volátil deseo cuando la alta velocidad ferroviaria está tocando a la puerta de la provincia".
También llama la atención "sobre la eterna necesidad de que se construya la autovía que comunique Valdeorras con Ourense en las condiciones que demandan los tiempos, o la que una Ourense con Lugo, proyectos tan viejos como olvidados, quien sabe si para siempre".
Crecen los contactos para buscar salidas
Alejandro Cruz ha pedido expresar su opinión sobre la crisis de la entidad de la que es vicepresidente. Su apoyo fue crucial para que Marisol Nóvoa fuese elegida presidenta de la CEO hace un año, pero el tiempo suele modular. En los últimos días han crecido los contactos entre dirigentes empresariales, en teoría para negociar soluciones, pero también para sugerir cambios de caras.
