La joven aseguró que la atacó y amenazó con un cuchillo en mitad de la noche mientras dormía

Un acusado de agredir sexualmente a su cuñada alega que pretendía hacerle cosquillas en el pie

Un vecino de la ciudad, José Carlos Rodríguez Chaves, fue juzgado por agredir sexualmente a su cuñada, con la que vivía en la misma casa. El acusado, que al término de la vista pidió perdón, aseguró que fue a su habitación mientras dormía porque quería hacerle cosquillas en los pies.
José Carlos Rodríguez Chaves asegura que los recuerdos de la madrugada del seis de diciembre de 2007 no son nítidos, pero que sí tiene constancia que sólo se metió en la cama de su cuñada para hacerle cosquillas en los pies porque no podía dormir. Según dijo, ese día había consumido entre tres y cinco gramos de cocaína y una abundante cantidad de alcohol. Ahora bien, nunca, según dijo, quiso abusar sexualmente de ella.

Pero la versión de su cuñada dista mucho de lo que relató ante los magistrados de la Audiencia ya que, según dijo, se echó encima de ella en la cama cuando dormía, le puso un cuchillo en el cuello y trató de quitarle el pantalón del pijama (cayeron al suelo). Hasta incluso le introdujo en la boca un calcetín para que no gritara, explicó la joven.

Hubo un forcejeo, según la víctima, que en ese momento tenía 17 años, y consiguió abandonar la vivienda bajo la promesa de que no contaría a nadie lo sucedido.

Por estos hechos, el representante del Ministerio Fiscal recla ma una condena de siete años de cárcel por un delito de violación en grado de tentativa con uso de instrumento peligroso que la acusación particular eleva hasta nueve (ambos como penas principales) por una agresión sexual a una persona especialmente vulnerable.

El día en el que ocurrieron los hechos, la hermanastra de la joven (esposa del acusado), no estaba en casa pero durante el proceso penal apoyó y creyó la versión de la denunciante. De hecho, relató a los magistrados que a raíz de ese incidente inició los trámites de divorcio.

No obstante, compareció otra familiar de ambas que aseguró que a la víctima y al agresor los había visto tontear en alguna ocasión y que ya les había advertido que esa actitud ‘les iba a traer problemas’.

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