ENTREVISA

"Además de aplaudir hay que exigir más pruebas y material de protección sanitario"

Mélida García y su compañera de UCI, Pepa Rodríguez.
photo_camera Mélida García y su compañera de UCI, Pepa Rodríguez.
La "ucista" ourensana Mélida García Martul trabaja en el Hospital Álvaro Cunqueiro, donde hace días celebraron el traslado a planta de un paciente de la UCI

No son días sencillos para los sanitarios. La crisis del coronavirus incrementa cada día el número de contagiados ingresados, y también el de pacientes en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). Los profesionales de este servicio, acostumbrados a lidiar con los casos más graves, también tienen que adaptarse a esta situación con nuevos protocolos y escaso material de protección. La "ucista" ourensana Mélida García Martul trabaja en el Hospital Álvaro Cunqueiro, donde hace días celebraron el traslado a planta de un paciente de la UCI. "Necesitábamos eso, nos venía bien a todos, aunque sea una gotita en un desierto", apunta.

Lleva 25 años en la especialidad, pero nada se le parece a esto.

No, pero pienso que en la UCI somos los más entrenados para enfrentarnos a situaciones no solo de pacientes graves, sino de estrés. Pero aunque eso sea así, esto no lo hemos vivido, esto es un nivel superior, son muchas horas y muchos pacientes muy graves que están llegando continuamente y a los cuales te tienes que enfrentar con medidas nuevas, con medicaciones cuya eficacia no ha podido ser claramente demostrada todavía.

Los equipos de protección son necesarios, pero ¿se hace difícil atender al paciente con ellos?

En nuestro caso no porque la mayoría están anestesiados, pero aún así, a los que no, les hablas y los tocas de la misma forma que antes. La mayor responsabilidad es retirarse bien los trajes, es muy importante hacerlo bien por los propios pacientes, por nuestro entorno en casa y por nosotros mismos. Un despiste y... Llevarlos puestos tantas horas está causando, a muchos profesionales, heridas en la nariz, problemas de piel...

Hace unos días aplaudían a un paciente de la UCI que se trasladaba a planta.

Fue un momento muy necesario para todos, nos venía bien por todo lo que llevamos estos días.

¿Qué tipo de enfermedades incrementan las posibilidades de ser ingresado en UCI?

El primer factor de riesgo es la edad, y en Galicia tenemos una población muy envejecida. Pero luego también son más preocupantes los casos en los que la persona padece enfermedades de hipertensión, obesidad, diabetes... Están creciendo los casos de centros sociosanitarios y eso va a ser muy duro.

¿Ha pasado lo peor?

No, estamos empezando y lo que queda por delante es ingente. Además, los pacientes ingresados en la UCI van a llegar muy graves y permanecerán mucho tiempo, en el que van a necesitar muchos cuidados.

Además del confinamiento, ¿qué se necesita para frenar la expansión del virus?

La piedra angular son las pruebas diagnósticas, tenemos que hacérselas a toda la población para saber quién está contagiado y quién no. Los foros médicos ya lo están diciendo, que es la medida más efectiva para conocer el alcance y evitar que los asintomáticos sigan expandiendo el virus.

¿Escuchan los aplausos de las 20,00 horas?

Sí, claro, y yo cuando estoy en mi casa también participo. Pero es cierto que no es solo aplaudir, también tenemos que reclamar. Reclamar más pruebas, y reclamar también más material. Nosotros, por ejemplo, tenemos muy pocas mascarillas con filtro, así que las tenemos con nuestro nombre y las usamos con otra por encima, para evitar que se manchen. Necesitamos mejores trajes de protección también, hasta ahora los mejores que tenemos nos los han regalado distintas empresas...

¿Se hace posible desconectar estos días?

No puedo hablar por todos mis compañeros, pero es muy difícil. Yo intento desconectar cuando no trabajo, apagar el móvil un par de horas... A lo mejor cuando llevemos más tiempo así es más posible. Eso sí, nosotros mantenemos la fuerza, queremos batallar y pelear y es lo que estamos haciendo, en la UCI estamos acostumbrados a escenarios malos, pero nunca tiramos la toalla. Nuestros compañeros  lo saben y nos cuidan y nos mandan mensajes de aliento.

Te puede interesar