Tribunales

La adicción a las drogas baja la condena a cuatro investigados

Teresa G.L., en el momento en que reconoce los hechos y acepta la condena de 18 meses de cárcel.
photo_camera Teresa G.L., en el momento en que reconoce los hechos y acepta la condena de 18 meses de cárcel. (ÓSCAR PINAL)
Todos ellos reconocieron que traficaron con estupefacientes desde narcopisos del casco antiguo

José Luis Lage, su mujer, María Teresa González, su hijo Rubén  y Carlos Rodríguez reconocieron este miércoles en la Audiencia de Ourense que traficaron con droga a pequeña escala en dos narcospisos del casco antiguo de la ciudad a lo largo del pasado año. Primero, en uno de las calle Libertad número 35 y después en San Cosme.

La fiscal tuvo en cuenta la atenuante muy cualificada de drogadicción para los cuatro y rebajó las penas inicialmente previstas (entre los cuatro años y medio de cárcel y los tres). La sala impondrá 19 meses de prisión para el matrimonio -con agravante de reincidencia- y 9 meses para el resto de acusados. 

La operación que los sentó en el banquillo y que llevó a prisión provisional a la pareja fue desarrollada por la Policía Nacional, bautizándola como "Borrasca". En un primer momento, fueron detectados vendiendo droga en el bajo que ocupaba la familia Lage  en el número 35 de la calle Libertad. Los agentes identificaron a distintos consumidores que salían del portal en abril, mayo y julio de 2018. Posteriormente, se trasladan a otra vivienda de la calle San Cosme que servía de narcopiso: vendían y permitían consumir en su interior. La entrada y registro en esa última vivienda se efectuó el 25 de octubre del pasado año. Teresa y José Luis llevaban consigo 1.135 euros en billetes. En el interior había básculas para el pesaje de la droga así como tres cámaras de vigilancia instaladas y conectadas con un televisor para detectar la presencia policial. La droga incautada fue escasa: 2,5 gramos de marihuana, 2 gramos de hachís así como envoltorios de cocaína con un toral de 3,6 gramos y dos bolsas con 0,5 gramos de heroína. 

Según recoge la fiscalía, el negocio estaba en manos del matrimonio y Carlos les relevaba cuando no estaban en casa. Rubén Lage era el encargado de realizar labores de apoyo a los tres y vigilancias, fundamentalmente. 

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