La ciudad pierde uno de sus establecimientos míticos con el cierre de La Ibense, tras 64 años

Adiós a otro local histórico

Viandantes que pasan ante La Ibense observan los carteles en los que anuncia el cierre del establecimiento. (Foto: Miguel Ángel)
’Cerrado por jubilación’. Con un cartel colgado en la persiana metálica de La Ibense se enteraron muchos ourensanos del cese de actividad de este mítico local, que se suma a una extensa lista de establecimientos hosteleros o comerciales.
Quienes pasaban ayer por delante de La Ibense no podían evitar detenerse a leer el letrero que colgaba en su persiana metálica anunciando su cierre por jubilación. El mítico establecimiento de la calle del Paseo puso fin a su historia -64 años- sin hacer ruido, con la misma discreción que siempre caracterizó a su actual gerente, Ramiro Gómez. La heladería funcionó hasta el domingo, pero ayer ya estaba cerrada y sólo ese cartel indicaba el cese de actividad, además de expresar el agradecimiento a la fidelidad de los clientes y pedir disculpas por los errores que se pudieran haber cometido.

El cierre de La Ibense es el último de una serie de establecimientos emblemáticos que, no obstante, siguen vivos en la memoria de muchos ourensanos, como El Cortijo, el Café Madrid o La Bilbaína, según recordaba ayer el presidente de la Federación de Hosteleros de Ourense, Ovidio Fernández Ojea. ‘Se acabó uno de los lugares de encuentro históricos, donde servían los mejores helados del mundo’, explicaba, añadiendo que ‘su historia es imposible de resumir, está llena de anécdotas y son cientos de miles de personas los que han pasado por allí, no sólo para tomar un helado, sino que también se han servido allí muchísimos cafés’. Con La Ibense se marcha otro de los referentes en el panorama hostelero y comercial de Ourense, que en los últimos años ha cambiado notablemente. Unas desapariciones debidas a múltiples motivos: jubilación, falta de relevo generacional, edificios que se quedan obsoletos o problemas con las rentas antiguas en ubicaciones que hoy son privilegiadas y se cotizan a precios muy elevados, a lo que se une en los últimos tiempos, la crisis. En ese balance de establecimientos históricos que cerraron en los últimos años se encuentran otros dos situados muy próximos a La Ibense, como el Hotel Parque y la Confitería Ramos. Otro de los emblemáticos, El Cortijo, cerró en la calle del Paseo en 2002.

Junto a la hostelería, el comercio también se ha visto afectado por cierre de establecimientos históricos, como las históricas zapaterías La Moderna o Calza dos Vitán (la última tienda que quedaba en los bajos del edificio de la Diputación). La mercería El Primor o la firma textil Flor de Lis se suman a esta lista de cierres.

Cadenas

El local de La Ibense, que era alquilado, regresa ahora a la familia propietaria y, por el momento, se desconoce cuál será su próximo destino. No obstante, lo cierto es que en la calle del Paseo, donde se ubica, el cierre de los establecimientos tradicionales ha ido dando paso, en la gran mayoría de casos, al desembarco de tiendas pertenecientes a grandes cadenas, fundamentalmente de moda, aunque también de perfumería o de telefonía. De hecho, estos establecimientos se adueñaron también de locales históricos como el del teatro y cine Losada, también en el Paseo, actualmente ocupado por Zara.

Y mientras en la calle del Paseo quedan cada vez menos cafeterías, el protagonismo de la principal arteria comercial de la ciudad se traslada a las grandes cadenas de moda (Zara, Cortefiel, Sfera, Punt Roma, Caramelo, Purificación García o Springfield, entre otros), aunque también destaca la presencia de perfumerías. Mientras, los comercios ourensanos tratan de mantener su lugar y sobrevivir dentro de las nuevas tendencias que marca la clientela.

Transformación del panorama comercial

El Cortijo nacía en 1942 como taberna andaluza, aunque su actividad como heladería -la que le dio su mayor renombre- la inició 20 años después. No obstante, el local de la calle del Paseo cerraba en 2002 y después sufrió una importante reforma y ampliación. En la actualidad, allí se encuentran la perfumería Arenal y la firma de moda gallega Toypes.


Después de varias décadas de actividad, la confitería Ramos (esquina entre el Paseo y San Lázaro) cerró y en su lugar se encuentra hoy una tienda de una conocida cadena de telefonía móvil. Mientras, el edificio que albergó la histórica zapatería Celestino, en el Paseo, se encuentra en obras y en él también se instalará una tienda de moda, de la la multinacional de origen sueco H&M.


En la zona histórica de la ciudad se produjeron recientemente varios cierres. Es el caso de Flor de Lis, que puso fin a su actividad en su local de los soportales de la Plaza Mayor. Próxima a ella, en la calle Lamas Carbajal, se encontraba la mercería El Primor, mientras que en la calle de La Paz se ubicaba la zapatería La Moderna. También cerraron dejando atrás varias décadas de historia.

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