TRIBUNALES | OURENSE

Admite que robó 1,6 millones en el banco donde trabajaba

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photo_camera Evaristo G.O. en la sala de vistas de la sección de lo penal de la Audiencia.

El inculpado fue condenado a dos años de cárcel y la abogada dice que pedirá la suspensión

Un exgestor de clientes de la oficina que Banesto tenía en O Barco aceptó ayer la pena de dos años de prisión por la apropiación indebida de dinero a lo largo de 17 años, entre 1997 y 2014. Todo ello sin que el banco -en un primer momento Banesto antes de que fuera absorbido en el 2013 por el Santander- se percatara y con una compleja puesta en escena que acabó por estallarle en las manos.

El acusado, Evaristo G.O., cuyo representante legal llegó a un acuerdo con el ministerio fiscal, refrendó ante la Audiencia de Ourense su conformidad con la petición de la acusación pública. La defensa pidió al tribunal la suspensión de la ejecución de la pena para su cliente, basándose en la no existencia de antecedentes penales y en el hecho de que se trata de una condena no superior a dos años de prisión. No obstante, deberá acreditar que ha satisfecho la responsabilidad civil, cifrada en 1,6 millones.

La sentencia también le impone una multa de cuatro meses, con una cuota de seis euros al día por un delito continuado de falsedad en documento mercantil ya que manipuló libretas de los clientes para ocultar que estaba robando dinero.

El exempleado de banca comenzó a trabajar en la década de los 90 en Banesto y dada su formación "tenía conocimiento completo de toda la operativa del banco, así como del contenido de las cuentas de los clientes de la entidad", según recoge el fallo.

Según admitió el inculpado, aprovechando que era conocedor de la operativa de la oficina, "manipuló libretas y documentación contractual de 20 imposiciones a plazo fijo y cuatro fondos de inversión para 24 clientes" lo que provocó un perjuicio total de 1,4 millones a los clientes (el dinero le fue devuelto por el banco). Para ello, canceló imposiciones a plazo fijo y reembolsó fondos y seguros de inversión suplantando la firma de los verdaderos titulares en la documentación necesaria en cada producto. En el momento en que los importes eran abonados en la cuenta asociada, se apoderaba del dinero mediante reintegros y órdenes de transferencia, imitando la firma de los titulares o dejando la documentación sin firmar.

Esta maquinación aún exigía más pasos para que el cliente no se enterase. Para ello, Evaristo G.O. tenía en cuenta su perfil para realizar anotaciones mendaces en libretas con máquina de escribir para notar un saldo distinto al real; también entregaba una libreta auténtica del banco y cuando el clientes salía por la puerta anulaba el abono o simplemente modificaba el domicilio de correspondencia de la base de datos para que no recibieran los extractos de sus productos bancarios.

Además, sustrajo efectivo -158.774 euros- de las cuentas de siete clientes, "sin su consentimiento".

La fiscalía en la petición de la pena tuvo en cuenta la atenuante de dilaciones indebidas. La causa se inició en abril de 2014 por hechos que ocurrieron durante 17 años, pero la instrucción, que finalizó en 2018, estuvo paralizada en diversas ocasiones debido a la petición de pruebas por causas ajenas al acusado. Este llegó a reconocer parte de los hechos en cartas manuscritas enviadas a la entidad y posteriormente en la declaración prestada en sede judicial. 

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