La pandemia también ha metido la tijera en los resultados de la textil ourensana Adolfo Domínguez, que ha disparado sus pérdidas hasta los 14,97 millones de euros entre marzo y noviembre de 2020, por lo tanto siete veces más que los 2,1 millones perdidos el año antes del covid. Así lo explicó la compañía después comunicar a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) sus resultados. En ellos la huella del covid-19 provocó un resultado operativo acumulado negativo en el tercer trimestre del ejercicio de -5,6 millones de euros, y una ganancia neta también negativa de -14,9 millones, frente a los -5,5 millones y -2,1 millones generados el año anterior.
Las ventas de Adolfo Domínguez alcanzaron en los nueve meses los 40,5 millones de euros, un 47,1 % menos que en el mismo periodo del ejercicio anterior, según explica la empresa. En ese sentido recuerda que "la crisis del coronavirus sigue siendo determinante día a día, y más para aquellas empresas que contamos con un importante componente social y con una actividad marcada por la evolución del consumo", ha señalado el director general de la compañía, Antonio Puente, quien ha garantizado que se están adoptando todas las medidas necesarias para "garantizar la liquidez y la solvencia de nuestra compañía hasta que las condiciones del negocio puedan restablecerse".
EMPLEO
El grupo ha confirmado que mantiene el expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) aplicado a un 43 % de la plantilla como consecuencia de las actuales restricciones y la bajada del consumo. El 39 % de las tiendas de la firma sufrieron algún tipo de restricción de horario o apertura durante la segunda ola global del virus, entre septiembre y noviembre del 2020.
Eso sí, la compañía subraya que la facturación del comercio electrónico crece un 28,2 %, aunque no palía la caída de la actividad comercial en las tiendas físicas.
La compañía ourensana ha apuntado que las actuales medidas que ha puesto en marcha el Gobierno "no son suficientes" para "paliar el desplome" de ingresos y beneficios derivado del cierres de tiendas, limitación de horarios, aforos, menor movilidad de clientes, y destaca también a “la imposibilidad” de renegociar los precios de los alquileres de locales.
