VIOLENCIA MACHISTA

Agredió a su pareja y la obligó a ocultarse en un trastero cuando acudió la Policía

La jueza del Penal 1 condenó a un año de prisión a Luis Rodrigo L.S. por un delito de malos tratos en el ámbito familiar así como a seis meses multa

La jueza del Penal 1 condenó a un año de prisión a Luis Rodrigo L.S. por un delito de malos tratos en el ámbito familiar así como a seis meses multa, a cinco euros al día, al considerarlo autor de dos delitos leves de lesiones y amenazas a sendos vecinos que intentaron ayudar a su pareja cuando demandó auxilio. En la misma sentencia, se incluye la prohibición de acercarse a menos de 300 metros de los perjudicados.

Los hechos que sustentan esta resolución judicial ocurrieron el 3 de abril de este mismo año sobre la una de la madrugada. Vecinos de un cuarto piso del inmueble en el que vive el acusado, en la calle Sampaio de la ciudad, alertaron a agentes de la Policía Local porque la vecina del piso superior había timbrado a su puerta con una niña pequeña en brazos para demandar auxilio. Momentos antes, habían escuchado gritos. Según les dijo, su pareja amenazaba con matarlas. Posteriormente, se presentó el acusado, quien agredió a los vecinos cuando intentaron impedir que entrase a su casa. Luis Rodrigo L.S. le arrebató a la niña de forma violenta a su pareja, por lo que la madre salió con él.

Los agentes, tal como relataron en el juicio, acudieron al domicilio donde reside el inculpado, quien tardó 15 minutos en salir. Llevaba un bebé en brazos y una niña sujeta de la mano, negando que su pareja estuviera en la casa e invitándolos a entrar para comprobarlo. No obstante, los policías escucharon gemidos que los llevaron hasta el trastero de la cocina, en donde estaba escondida una mujer que lloraba muy nerviosa al tiempo que decía "me mata, me mata". La víctima presentaba lesiones en la cara, pómulos y ojos así como la boca totalmente hinchada con hematomas y erosiones. Y les relató que el inculpado le dio un fuerte empujón a su hija cuando se la llevó de casa de los vecinos, lo que provocó que se golpeara la cabeza contra una pared de la casa, confirmando que la había obligado a esconderse en un trastero. 
La jueza condena al inculpado pese a que la perjudicada no quiso denunciar ante la Policía los malos tratos físicos. Tampoco en el juzgado le incriminó y en el juicio rehusó contestar a la fiscal.

A preguntas del letrado de su pareja, negó que esta última le hubiese pegado o que lo tuviera miedo.

Aún así, la magistrada tiene en cuenta los testigos de referencia  como fueron los policías locales que acudieron al domicilio de los hechos y la pareja de vecinos que los alertó. Su declaración, dice la sentencia, "reúne las exigencias que la jurisprudencia exige para enervar la presunción de inocencia". Entre otras, la persistencia en la incriminación, sin ambigüedades ni contradicciones en lo esencial.

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