Ramiro V.G. intentó matar a su expareja, a la que no podía acercarse por orden judicial previa, con la manga de un albornoz que utilizó "a modo de soga" cuando el 15 de diciembre de 2018 el inculpado se presentó, y no era la primera vez, en la casa de la víctima, de la que tenía llaves. Por estos hechos, la Audiencia de Ourense le impuso en el pasado mes de julio seis años de prisión y siete de alejamiento, una condena que acaba de confirmar el Tribunal Superior de Xustiza, órgano al que acudieron todas las partes para intentar enmendar el fallo emitido en primera instancia.
La defensa para plantear un delito de lesiones, alegando que el procesado interrumpió la ejecución por propia voluntad, y la acusación particular, a cuyo recurso se adhirió la fiscalía, para solicitar una condena por tentativa de asesinato al sostener que hubo alevosía sorpresiva. El fallo del alto tribunal gallego, al igual que el de la Audiencia, rechaza esa posibilidad.
Pero ahora los jueces del TSXG confirma la resolución de la sala ourensana, y rechazan, además, la solicitud del condenado de que le atenuasen la pena por trastorno mixto de la personalidad y dependencia de sustancias estupefacientes.
Los magistrados han considerado acreditado que el procesado pretendía "acabar con la vida" de su excompañera sentimental, pues, tras una discusión, utilizó una de las mangas del albornoz, "un instrumento en principio banal pero que utilizando una de sus mangas a modo se soga termina por ser eficaz" para "buscar la asfixia de la víctima" si se ejerce presión.
El TSXG también ha desestimado el recurso de las acusaciones, quienes pedían la aplicación de la agravante de alevosía, pues entiende que "los términos de la discusión previa y el hecho de que la apelante intentase zanjarla alejándose, impiden conceptuar el ataque como sorpresivo".
