La lluvia, además, reblandeció el terreno, lo que impide a los trabajadores utilizar maquinaria pesada en las obras
El agua que descargó Giselle ralentizó los trabajos de reparación de la línea de tren entre los municipios pontevedreses de Arbo y Frieira.
La vía se deformó el pasado viernes a causa de un corrimiento de tierras, que formó un fuerte socavón bajo los raíles. Desde entonces, Renfe mantiene cortado el tráfico ferroviario entre las provincias de Ourense y Pontevedra y traslada a los pasajeros por carretera entre las estaciones pontevedresas y las de Ourense y Monforte y viceversa.Varias brigadas de la Administradora de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) y de constructoras privadas permanecían trabajando en el lugar, pero se limitaban a acondicionar la zona ante el riesgo de que el agua que se acumula en la vía causara nuevos desprendimiento de tierra.
La lluvia, además, reblandeció el terreno, lo que impide a los trabajadores utilizar maquinaria pesada en las obras de reposición de la vía y fijación del suelo, dado el riesgo (se acumuló lodo) de que cualquier conductor se despeñe por la ladera.
De todos modos, en la compañía ferroviaria continuaban asegurando que en 10 días finalizaran los trabajos y quedará restablecido el tráfico ferroviario entre las provincias de Ourense y Pontevedra. Mientras, los pasajeros serán trasladados en autobuses.