Agustín Vega entrega su casa para indemnizar a 
la familia del juez Somoza

Había sido condenado a pagar 48.080 euros por atentar contra su honor 

El exsindicalista, exconcejal y exsenador socialista por Ourense Agustín Vega Fuente entregará hoy las llaves de su casa en Amoeiro para cumplir con la resolución judicial firme que le obliga a indemnizar a la familia del juez Olegario Somoza, fallecido en 2010. Lo hará en el Juzgado de instrucción número tres de Ourense, 25 años después de que unas declaraciones suyas sobre el juez generaran una demanda del magistrado por una ilegítima intromisión en su derecho al honor.

El antiguo político y ahora empresario valora en 170.000 euros el "lote completo" que entrega como indemnización y que irá a parar, dice, al hijo de Somoza, al haber fallecido el juez. El Tribunal Supremo había estimado en 48.080 euros (ocho millones de las antiguas pesetas) la indemnización a pagar al juez, aunque se ha incrementado con intereses de demora y otros conceptos.

La entrega de las llaves pone fin a un larguísimo litigio, que se había iniciado en 1991, a raíz de unas declaraciones del político acusando de embriaguez al juez, que las consideró muy graves y por las que demandó a Vega Fuente, al considerarlas una intromisión ilegítima en su honor.

La primera demanda del juez se solventó años después con una resolución firme del Supremo condenando al político, ya entonces dedicado a su labor empresarial ligada a la agricultura y ganadería y que también le ha ocasionado problemas legales.

Entonces, y para cobrar la indemnización, el juez inició otro pleito, en este caso en la vía civil y en el año 2001, por el impago de la indemnización establecida por el Tribunal Supremo. Este proceso fue largo y complejo, entre otras razones porque el condenado consiguió que otro juez lo declarase insolvente, aunque la insistencia de Somoza Castro consiguió que se declarase la ilegitimidad de una posterior sociedad mercantil constituida por Vega Fuente y otros familiares que él creía una sociedad pantalla para ocultar su patrimonio.

Al final, Agustín Vega paga, pero asegura que esto es la consecuencia de "decir la verdad sobre ciertos comportamientos". Dice que le duele perder su casa pero asegura que su familia no le reprocha nada y él siente un "legítimo orgullo personal por cumplir con mi obligación como sindicalista y político".

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