“Ahora se dan golpes más fuertes, las peleas son más violentas”

Las reyertas como la investigada en Vigo o como las que ocurren casi todos los fines de semana en Ourense, son un fenómeno que se extiende a las provincias gallegas. También al panorama nacional donde, además de peleas nocturnas aisladas, ya se contabilizan más de 600 bandas juveniles. 

Las voces más críticas suenan desde Vigo y A Coruña, donde pese a que el bullicio no procede de grupos organizados como en Ourense, sí que se ven conflictos esporádicos frecuentes. “Antes de la pandemia había peleas, pero ahora son más llamativas, más violentas, con golpes más fuertes”, señalan desde el Cuerpo Nacional de la ciudad olívica. “Los detenidos no corresponden a un perfil concreto, ni suele haber relación anterior entre agresor y agredido”, añaden. También observam más consumo de drogas, más armas y pasotismo por parte de los espectadores.

En A Coruña, resaltaron que el toque de “no queda” sirvió para que se generase botellón, carreras y conflictos en las calles. “Todo lo que pasaba antes de la pandemia, ahora sucede mucho más”, explica una policía nacional de la ciudad herculina. También observaron como el movimiento okupa, presente enen el barrio de Os Maios, se tornó más conflictivo. 

Las peleas allí empiezan los jueves y perduran hasta el domingo pero, al igual que Vigo se trata de conflictos aleatorios y no encuentros entre bandas urbanas.

Diferente es el panorama en Lugo, donde un agente explica que, aunque hubo algún conflicto puntual entre grupos conocidos, “las peleas que suceden son las mismas que había antes del confinamiento”. “Quizá alguna fue más brutal y se hacen notar más por haber estado tanto tiempo sin que hubiese nada”, afirman desde Lugo. 

En Ferrol, recuerdan las primeras veces en las que se salía tras el confinamiento, “parecía que se salía de casa a darlo todo”, señalan desde el cuerpo nacional de esta ciudad.

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