REPORTAJE

“Ahora ya puedo vivir sola"

El servicio de asistente personal que reconoce la Ley de Dependencia es un recurso muy poco conocido, pero permite a sus beneficiarios llevar una vida autónoma, como en el caso de Patricia López

Mañana cumple 34 años, está a punto de iniciar sus estudios universitarios de Administración y Dirección de Empresas,acude regularmente al pabellón para practicar natación y hace cuatro años y medio decidió independizarse y vivir sola. Este podría ser el breve esbozo de la vida de muchas otras jóvenes. Sólo que en el caso de Patricia Raquel López Méndez se incorpora una discapacidad que la convierte en una persona en situación de dependencia reconocida por la ley, con derecho al servicio de asistencia personal, gestionado desde la Confederación Galega de Personas con Discapacidad, Cogami. El objetivo es, precisamente, facilitar a sus usuarios un plan de vida que puedan llevar adelante de manera totalmente autónoma.



Vivir sola

"Yo decidí vivir sola, porque quiero vivir sola, y gracias a poder contar con un asistente personal puedo hacerlo. Estoy encantada por tener esta autonomía, ya que sólo necesito algún apoyo en momentos concretos del día a día", destaca Patricia López. Conoció este servicio que, según destacan desde Cogami, es uno de los menos conocidos, hace algo más de cuatro años, mientras estaba en una residencia en A Coruña y se decidió a solicitarlo. Ana Bella, su nueva asistenta personal desde hace unos nueve meses, la ayuda unas cuatro horas y media al día, repartidas entre mañana, mediodía y noche, de lunes a sábado. "Los domingos me siento sola", asegura Patricia López.

Destaca contenta que este curso comenzará sus estudios universitarios gracias, precisamente, a poder contar con una asistente. "Ella vendrá conmigo a la Universidad cuando tenga que hacer los exámenes para escribir lo que yo la vaya diciendo. El tiempo para las pruebas es muy limitado para mí, sólo una hora, y por eso es necesario que lleve a la asistente, para que pueda escribir por mí". También la necesita para poder practicar la natación. "Aunque tengo un monitor que se mete conmigo en la piscina, a la hora de vestirme y desvestirme tengo que tener ayuda. Así que sin asistente tampoco podría llevar a cabo esta actividad", explica, aunque también añade que "para salir a pasear o cosas similares no la necesito, ya que yo me manejo bien por la calle. Sólo en el caso de que tenga que realizar un viaje viene conmigo".

El servicio de asistencia personal, una vez concedido cumpliendo los requisitos de la ley de dependencia, puede solicitarse a alguna entidad privada, contratarse directamente con un profesional o hacerlo a través de asociaciones como Cogami, quien presta este servicio a 53 personas en Galicia. De ellas, 24 están en A Coruña, 8 en Lugo, 19 en Pontevedra, y tan sólo dos en Ourense.

Patricia Raquel López, quien no ha accedido nunca al mundo laboral, asegura que este servicio le ha permitido una independencia "que yo siempre he querido y por eso estoy realmente contenta". Dentro de las tareas de un asistente personal están las de colaborar en el aseo, vestir, atender el teléfono o levantar de la cama, hasta las relacionadas con las tareas del hogar que van desde la limpieza de la propia vivienda, pasando por hacer las camas, ordenar la ropa o hacer la comida. También se realizan tareas de acompañamiento para realizar diferentes gestiones y ayudar a acceder al mundo laboral o poder formar una familia.

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