Las acusaciones mantuvieron la petición de penas al alcalde de Vilariño
El alcalde de Vilariño de Conso, Ventura Sierra, aprovechó su derecho a la última palabra en el juicio seguido contra él por prevaricación y falsedad en documento oficial, para insistir en su inocencia a la hora de promover contrataciones en 2012 y 2013. En la última sesión de la vista oral en la Audiencia, aseguró que "nunca tuvo intención de hacer daño a nadie".
Tanto el fiscal como la acusación popular que representa a tres ediles de la Agrupación Independiente de Vilariño reclamaron una condena de 14 años de inhabilitación especial para empleo o cargo público y cinco años de prisión, además de 18 meses multa a razón de 12 euros al día.
El fiscal aprecia una conducta prevaricadora en los 29 contratos realizados "a través de una selección arbitraria y sin control", sin bases ni procedimiento, pese a las múltiples advertencias de la secretaria del Concello. De hecho, llegó a decir que el mandatario local, que se dio de baja en el PP tras la apertura del juicio oral, "contrataba a dedo".
Aprecia la falsedad en la documentación que se remitía desde el Concello a la oficina de empleo de Viana, aunque en el juicio quedó probado que no la cubría el alcalde, en casos en los que se decía que el personal sugerido "non lle interesa a empresa" cuando, según la acusación pública, no había pasado por un proceso de selección previo.
El letrado de la acusación particular insistió en que la ausencia de publicidad a las ofertas de empleo en Vilariño privó a los ciudadanos del acceso libre a la función pública pese a las multitud de informes contrarios a ese proceder de la secretaria. "La voluntad del alcalde era lo que imperaba", dijo.
La defensa insistió en que Sierra siempre creyó "que las cosas se hacían razonadamente bien" porque su único objetivo pasaba por "fijar población en un pequeño concello" empleando a sus vecinos. Y recordó que, según los testigos, el alcalde nunca pidió nada a cambio al personal contratado, empleando a personas ligadas a distintos partidos.
En la última sesión, también comparecieron las trabajadoras del Concello que recibían los listados con los posibles candidatos toda vez el Concello le comunicaba la intención de contratar. "Dependiendo del perfil, llamábamos primero a los que nos gustaban más, por su currículo, o que sabíamos que podían estar interesados, algunos ya habían trabajado antes", relató una trabajadora social, quien, al igual que otras compañera, precisó que las ofertas "las hacía la oficina de empleo" y no en el ayuntamiento. Según esa versión, los no seleccionados eran referenciados con "non lle interesa a empresa" por propia indicación de la oficina de empleo.
