La Alcaldía de Jácome deja un reguero de mentiras y promesas incumplidas en Ourense

Ourense. 15/06/2019. Pleno de investidura del concello de Ourense y toma de posesión de Gonzalo Pérez Jácome como alcalde de Ourense.
Foto: Xesús Fariñas
photo_camera Foto: Xesús Fariñas
Aupado tras un pacto con quien iba a “desalojar”, la etapa de Gonzalo Pérez Jácome al frente del Concello de Ourense está marcada por encadenar anuncios sin base

El turbulento mandato iniciado en junio de 2019 en el Concello de Ourense, con Gonzalo Pérez Jácome al frente del consistorio, enfila ya su recta final dejando atrás un reguero sin fin de mentiras e incumplimientos por parte del líder de Democracia Ourensana, cuya etapa en la Alcaldía de la ciudad quedará escrita en los libros de historia por la sucesión de anuncios y promesas que, en su gran mayoría, fueron aparcadas al momento, han ido cayendo en el olvido o los plazos no se asemejan lo más mínimo a los explicados al hacerlos públicos.

En este sentido, la mochila de Jácome venía ya cargada con un programa electoral con el que se presentó a los vecinos antes de los comicios de mayo de 2019, cuyo escrutinio en la actualidad refleja un sonoro fracaso en la aplicación de las medidas plasmadas. Apenas seis se pueden dar por “exitosas”, como la bajada de los bolardos que desató el caos en el Casco Vello por la falta de vigilancia, al no ir acompañada de un sistema de cámaras que todavía tardarán meses.

Un bagaje demoledor para alguien que accedía a la Alcaldía después de pactar con  aquel al que “iba a desalojar” -el presidente del PP ourensano, Manuel Baltar- y que, desde entonces, no ha perdido ocasión de “chupar cámara” en televisiones estatales o buscar (en muchas ocasiones a precio de oro, como recientemente sucedió con Omar Montes) selfis -algo que criticaba fervientemente a su predecesor en el bastón de mando, Jesús Vázquez-.

Sonoros fracasos

Los contenedores soterrados o la Plaza de Abastos de A Ponte son dos de los proyectos que podrían definir el actual mandato en el Concello. En ambos, el plazo fijado por Jácome para solucionar los problemas era claro: 90 días. Han pasado más de 1.400 y todo sigue igual.

Aquel programa electoral empezaba, por otro lado, con la promesa de iniciar “antes de 2020” (sí cumplió con ese plazo) un centro de inteligencia artificial que “cambiará para siempre la economía y devenir de Ourense”. En julio de 2022, después de cambiar incluso su nombre, ese proyecto fue enterrado.

En sus años en la oposición, por otro lado, Jácome repitió periódicamente que el termalismo “era un bluff” y que él tenía la tecla para convertirlo en un filón. Para ello, en su programa prometía, por ejemplo, rescatar las concesiones de las termas privadas, algo que no ha hecho, mientras que ya en el poder tuvo dos años cerradas las pozas públicas incumpliendo plazos como el que anunció en octubre de 2021, cuando aseguró que Ourense recuperaría uno de sus atractivos el 1 de diciembre de ese año, algo que tampoco sucedió.

Temas atascados

En su carta de presentación para pedir el voto, Jácome también prometía dar una solución a importantes cuestiones como la ordenación urbanística o las concesiones, pero el balance años después es pobre. “Un PXOM para una ciudad del siglo XXI, pero libre de pelotazos”, decía el alcalde en su programa. A día de hoy, no habrá nuevo plan tampoco este mandato, después de que Jácome marease la perdiz cuando tenía mayoría pidiendo proyectos como un rascacielos y se negase, ya en minoría, a seguir negociando.

El transporte sigue en precario pese a que el alcalde se ha dedicado durante más de un año a pintar mapas con líneas circulares, troncales, “busitos” o taxis a demanda, consiguiendo unir en su contra a todas las asociaciones vecinales. Prometió que habría nuevos autobuses en 2022, pero ya bien entrado el 2023, todavía están en pruebas. Tampoco se ha licitado el nuevo servicio de limpieza y recogida de basura, algo que el regidor había prometido para 2021; ni la ORA, que Jácome pretendía reemplazar por un sistema de parquin exprés que se limitó a una prueba en la zona de San Francisco.

Infraestructuras

Las obras han sido otra de las fijaciones de  Jácome en los últimos años. Uno de sus deseos es salvar desniveles en la ciudad con elevadores o escaleras mecánicas, infraestructuras que en un primer momento quería inaugurar en 2021. A día de hoy, solo están abiertas las rampas de la rúa Concordia, cuyos plazos ha incumplido también, mientras que varios proyectos sí se han adjudicado, algunos todavía en obras.

Otros anuncios grandilocuentes han sido los de construir un gran parque en A Ponte (preveía iniciarlo en 2021 y acabarlo en 2023, pero aún licitaba estos días la redacción del proyecto, que con suerte arrancará este año) o soterrar el tráfico en Concepción Arenal, proyecto presentado hace más de dos años que quería tener listo en 2025. Hace más de tres años, decía también que habría en la ciudad un parque con un mapamundi gigante, pero nada más se supo. Tampoco existe el agua de las piscinas que prometió para los barrios, una de ellas “infinita” en Covadonga.

Habilitar más plazas de aparcamiento con parkings low cost ha sido otra ilusión del alcalde ourensano. O Couto o As Lagoas eran algunas de sus ubicaciones, pero no existen proyectos en firme.

Jácome incluso se ha desmentido a sí mismo varias veces. Así lo demuestran sus anuncios de peatonalizar San Lázaro o construir un gran carril bici que cruzase la urbe. Meses después de vender esos proyectos a bombo y platillo, afirmaba que sus ideas no eran viables o necesarias.

En el mismo saco cayó la idea de principios de mandato de potenciar las orillas del  Miño, rescatado únicamente para una foto de la firma de un convenio sin frutos aparentes.

Más "olvidos"

La política cultural del Concello ha dado un giro de 180 grados en este mandato. Contrario a muchos de los espectáculos asentados en la ciudad, Jácome ha centrado su apuesta en fiestas, verbenas y orquestas, abandonando incluso instalaciones como el Museo Municipal, que cerró a cal y canto asegurando que se instalaría allí primero el Museo de Entroido y después uno dedicado al vino, de lo que no hay noticias.

Prometió también en su momento transformar la Sala Valente en oficinas, retractándose poco después, algo similar a lo sucedido con la gestión del Auditorio Municipal, la cual iba a externalizar incluyendo la explotación de una cafetería. La idea reposa en el repleto cajón del olvido en el que no faltan iniciativas como una Orquesta Xove.

La banda de música juvenil que quería crear fue anunciada el mismo día (de finales de agosto de 2019) en el que sacaba a la palestra por primera vez el planteamiento de conceder bonos a los ciudadanos para gastar, en ese caso enfocados únicamente a la cultura. En aquella ocasión, Jácome decía que serían para rentas bajas o los más desfavorecidos, pero pronto olvidó eso. Un año después, con la pandemia ya instalada, dijo que los bonos serían universales por importe de 50 euros para gastar en comercio y hostelería pero nunca llegaron y, meses después, multiplicaba la cuantía por dos. Finalmente, los sacó en plena precampaña electoral.

Personal

Nada más hacerse con el bastón del mando en 2019, Jácome anunciaba que implantaría el control horario para los trabajadores del Concello, una de sus “dianas” preferidas a las que también quiso imponer unos “guardianes del tiempo” para fiscalizar los plazos de los expedientes. El registro de las horas de entrada y salida se demoró hasta el pasado mes de noviembre pese a decir en varias ocasiones que era inminente.

En su programa, Jácome también incluyó que suprimiría los derechos de los trabajadores (para él son prebendas), pero ha ido firmando mes a mes los decretos necesarios para hacerlos efectivos.

A esa plantilla municipal quería también incorporar un equipo especializado de captación de subvenciones. En este mandato, se han evaporado ayudas al transporte, al turismo o a la obra de la Plaza de Abastos, lo que repercute en las arcas municipales y el dinero de todos los ourensanos. “Gestión diligente y eficiente”, decía el programa de DO. La realidad parece desnudar al alcalde ourensano.

Te puede interesar