Los ecologistas se oponen a la nueva central porque la empresa incumplió otros planes ambientales

Alegan que Iberdrola hará un trasvase de agua del Sil

Cañones del Sil, en cuyo entorno Iberdrola prevé construir una central subterránea y un lago artificial.  (Foto: JOSÉ PAZ)
Instituciones, políticos y ecologistas ultiman las alegaciones al proyecto de Iberdrola para construir la central de bombeo de Santa Cristina, en el Cañón del Sil, pues el plazo de presentación finaliza el próximo viernes, 9 de septiembre.
De las entidades que, hasta ahora, han dado a conocer sus alegaciones presentadas, la mayoría se muestran en contra del desarrollo de este proyecto. Es el caso del BNG, que a través de su senador Xosé Manuel Pérez Bouza, desmonta buena parte de los argumentos con que la eléctrica justifica la obra. Así, el senador sostiene que el proyecto no es necesario para garantizar el suministro eléctrico de España, pues ya se genera energía suficiente para cubrir la demanda incluso en los días de más consumo. Sostiene que 'ó contrario do que afirma a empresa promotora, causará un importante impacto negativo', en un territorio de gran riqueza ambiental y patrimonial, pues ocho años de obras y el movimiento de más de dos millones de metros cúbicos de escombro de las excavaciones, desmontes y terraplenes (con el consiguiente uso de explosivos y tránsito de camiones) dañará la zona. Pérez Bouza añade que el propio proyecto de la empresa reconoce que sería necesario bajar el nivel del embalse de Santo Estevo, que 'durante oito anos tería que soportar continuos cambios de caudal, podendo chegar nalgún momento a secarse completamente o curso'. Además, si bien el estudio de Iberdrola especifica las medidas protectoras previstas, 'o certo é que a empresa ten demostrado que se esquece de pólas en práctica', indica el senador, en referencia a las obras realizadas en la presa de Santo Estevo en el verano de 2009, cuando algunos tramos del río quedaron secos durante dos semanas, 'todo o contrario' de lo que preveía en el informe ambiental de esa obra.


VACIADOS DEL EMBALSE

También la fundación ecologista Germán Estévez ha presentado ya sus alegaciones, en las que incide en que la obra supondría 'vaciados del embalse', así como 'la recirculación de las aguas y trasvase de caudales entre el río y el depósito artificial'. En concreto, sostiene que la conducción de agua desde el Sil hasta el lago de nueva construcción en la cima del cañón debe ser considerado un 'trasvase', a pesar de que el estudio de Iberdrola no lo reconoce así y 'falsea la verdadera realidad'. Por tanto, la fundación defiende que este proyecto no se debería tramitar mediante un proceso administrativo como es una declaración de impacto ambiental (sostenida en un estudio encargado por la empresa que, según la entidad ecologista, no lleva la firma de los autores), y considera que, en ese caso, no estaría 'ajustado a derecho'. A juicio de esta organización, el proyecto debería ir al Consejo de Ministros.

La Fundación Germán Estévez cuestiona otros de los efectos que tendrá esta obra, como 'un impacto paisajístico sin precedentes', así como en la biodiversidad y el turismo de la zona, además de la 'tala de castaños de más de 100 años de vida', que afectar a soutos calificados como suelo rústico protegido. Añaden que el descenso de caudal repercutirá en las termas de la ciudad.

Otras asociaciones ecologistas, como Adega o Ríos con Vida, están últimando también sus alegaciones, pero ya han anunciado que solicitarán la anualción del proyecto por su grave impacto ambiental.

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