Crónica

“Algún ata leva a tortilla enteira"

un menú del Anduriña.
photo_camera Un menú del Anduriña.
Los chalecos amarillos toman las calles de A Ponte. Algunos bajan de sus casas y no ven otra cosa. La fisonomía del barrio ha cambiado, la forma de conducir, también. Las obras lo pueden todo y traen buenas noticias para los negocios.

Últimamente, salimos a la calle y está plagada de chalecos amarillos". Así ve Eulogio Gómez Franqueira cada día uno de los vecinos de la rúa San Paio. Las obras de la intermodal han cambiado la fisonomía del barrio y también el día a día, que notan los bares. "Vienen al desayuno, a la comida y a la cena. Hubo dos semanas tuvimos que estar sirviendo comida hasta las cuatro y media o cinco, teníamos a 30 personas de las obras todos los días. Aunque esos se fueron y ahora vienen otros", apunta Miguel Fernández Malvido, desde el Anduriña. 

Los bares han sacado los pizarrines con ofertas suculentas. "Cada día están entrando más empresas, ayer entró otra. Se nota muchísimo, una barbaridad. Vienen a desayunar, a comer, llevan una caja con bocadillos, a las noches. Casi todos de fuera de Ourense", dice este hostelero. "O problema é que non os controlamos, poden vir ás tres, como ás catro ou ás cinco. Polas mañás tamén, algún día tortilla levárona enteira...", añade el camarero.

“Se nota mucho"

En el Boa Brassa, restaurante de la misma calle, también están notando mucha afluencia. "Hoy -por el miércoles-, no tanto. Pero estos días hubo muchos grupos, vienen a partir de la una y cuarto, y estos días teníamos el comedor siempre lleno. Tuvimos a grupos de hasta ocho que venían de Málaga... Sí que se está notando mucho", apuntan desde este restaurante. Ahora se han unido los trabajadores que realizan la estación de autobuses, de Santiago, Muíños...

Los trabajadores se distribuyen por hoteles de la zona, como el Alda Estación. "Estamos teniendo ocupación muy alta en noviembre, esta semana estamos completos, y se ve que es de trabajadores vinculados a la estación. Sobre todo tecnológicas, que están montando tecnología. Muchos de Andalucía y Extremadura, un par de empresas", dice Ramón Franco. "Yo que ando en la zona se está notando mucho en los bares. Es gente que se queda aquí y después sale al acabar la jornada, y lo hace cerca, en el barrio".

Todos notan la inercia. "Aquí, ao non servir menús, notámolo menos, pero sí que veñen grupos, o outro día levaron uns xamóns...", apunta José Manuel Saburido, que regente la tapería homónima de As Caldas. 

El barrio respira novedad, y creen que "los próximos meses esto va a ir a más, por lo que estaremos preparados". Las obras aumentarán el ritmo en otoño e invierno, por lo que todos los negocios deberían empezar a prepararse. Ya no hay vuelta atrás, o eso parece. "Esto está empezando, ya empezarán a llegar", concluye Fernández. 

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