Almudena Heredero es la directora del Primavera Pro y que en el pasado fue la encargada de gestionar la participación de Sounds from Spain en ferias internacionales
Mañana comienza la segunda edición de la ICC Week que, el miércoles, se trasladará hasta Celanova para abordar la industria de la música y sus agentes. Almudena Heredero , directora del Primavera Pro y que en el pasado fue encargada de gestionar la participación de Sounds from Spain en ferias internacionales, será una de las participantes.
¿Los festivales sirven para promocionar músicos, abaratar costes o lanzar una ciudad?
Cumplen todas esas funciones. Pero, además, son acontecimientos organizados por empresas que se dedican a ello y que buscan un modelo de negocio que ahora consiste en cumplir con una tendencia de consumo cultural actual que es la experiencia de vivir un acontecimiento como este con amigos. El tema de la experiencia ahora es vital.
¿Connotación negativa?
En principio, si está bien organizado y cumple su función, como la de dar un servicio que el público demanda y enriquecer a la ciudad, no tiene aspectos negativos. Puede tenerlo en cuanto que una afluencia masiva de público a un mismo sitio, en determinadas circunstancias, puede acarrear molestias a los vecinos, pero pueden ser muy pocas.
Cuando se habla de festivales, ¿en qué música se piensa?
En la mayoría de los casos, se nos viene a la cabeza los grandes festivales de pop rock, pero la oferta en nuestro país es muy amplia y hay un número muy grande de otros géneros como el jazz, blues, clásica...Pero los más numerosos, en cuanto a afluencia, son los de música populares, digamos, también son los que cuentan con más herramientas de promoción.
¿Cómo se nos ve a nivel internacional?
En cuanto a festivales, somos uno de los países más importantes del mundo. Hay muchos factores que nos benefician, como que somos un país precioso, tenemos un tiempo maravilloso y una oferta cultural que va más allá del propio festival. Se nos percibe como un buen destino, donde los festivales están muy bien organizados.
Y desde dentro, ¿valoramos este potencial?
Eso está cambiando. Las instituciones, desde hace poco tiempo, se están empezando a dar cuenta de que las industrias culturales, en general, y la música, en particular, generan un impacto económico muy beneficioso para las ciudades y para la sociedad. Antes se les veía más como una actividad molesta y ahora, con datos en la mano de lo que generan, es positivo tener uno en tu ciudad.
Las plataformas digitales, ¿ayudan o matan?
Están empezando a revertir los números que afectan al consumo. Ahora mismo, las cifras de ingresos a través de las plataformas están generando beneficios. Así que no hay que verlo como un problema, sino como el futuro del negocio de la música y hay que adaptarse, no se nace sabiendo.
¿Y los consumidores?
Ahí sí nos queda un largo camino por recorrer. La mentalidad es que la música es gratis y libre. La gente todavía percibe a los creadores como enemigos. El camino es el de la educación en la música, en la cultura y de un mayor conocimiento de la Ley de propiedad intelectual. Los creadores trabajadores.
