El almuerzo en el polígono: para llevar y a la intemperie

San Cibrao das Viñas 23/11/20
Reportaje sobre comida para llevar en Casa Cid

Fotos Martiño Pinal
photo_camera Trabajadores del polígono recogiendo su comida en Casa Cid. (Foto: Martiño Pinal)
Los transportistas tildan de imprescindible el servicio de los restaurantes de carretera a mediodía

El cierre de la hostelería dejó una estampa inusual en las calles del polígono: cientos de trabajadores, algunos de paso y otros habituales, comiendo en las aceras o en el interior de sus furgonetas o camiones.

Antes del cierre, los restaurantes de San Cibrao daban servicio a cientos de empleados, que por sus horarios o por la distancia, no podían ir a comer a sus casas. Desde Casa Cid, en Reboredo, corroboran que "de 200 personas diarias, ahora una media de 40 vienen a recoger la comida  y van a donde pueden". Indican que abren para dar servicio a los trabajadores porque "realmente no es viable mantener un negocio de este calibre, con esto no ganamos ni para cubrir los gastos".

Pablo Rey trabaja en un taller en San Cibrao, mientras espera la  cola para recoger su pedido explica que "solo tengo 20 minutos para comer, y tengo que hacerlo en mi propio puesto de trabajo". Esta práctica, que para muchos pasa desapercibida pone en evidencia, según el mecánico, "que la hostelería es una necesidad y no una cuestión de ocio".  Jose Manuel García, también trabajador del polígono añade que "que los trabajadores coman dignamente es una cuestión de primera necesidad".

San Cibrao das Viñas 23/11/20
Reportaje sobre comida para llevar en Casa Cid

Fotos Martiño Pinal

El Hotel San Cibrao permanece abierto, pero su restaurante se ha tenido que adaptar: "El tránsito de gente no es comparable, somos una herramienta más de trabajo que ha quedado suspendida", explican su regidor.

La hora de la comida para los que vienen de lejos: una cuestión de suerte

Además de los trabajadores locales, cada día numerosos camioneros y transportistas buscan servicios de restauración para poder continuar sus travesías en buenas condiciones.

Ayer, Álex Seijo, empleado de una empresa de instalaciones de Sanxenxo, pensaba con una bolsa de comida en la mano donde pararse a comer: "Al final siempre acabas comiendo en la furgoneta, y si quieres ir al baño, lo mejor, por desgracia, es el campo". Su compañero añadió que "a veces pasas sin comer, porque no en todos los pueblos existe esta opción de comida para llevar".

Javier Otero y Sixto Rodríguez, camioneros de Aceites Abril, mientras comían en una mesa (sin sillas) en el exterior del Hotel San Cibrao, exclamaban que "nuestros compañeros de Castilla y León no tienen este problema, porque los bares de carretera abren para ellos los comedores y las duchas. Aquí solo nos queda comer en la calle y esperar que nos dejen ir al baño".

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