El plan de acción contra este problema, que está preparando Fomento, señala a la avenida de Santiago, en la ciudad, como la zona más conflictiva
Más de 2.200 ourensanos están expuestos diariamente a un nivel de ruido generado por el tráfico rodado por encima del nivel recomendado por las autoridades (superior a 65 decibelios), según un estudio elaborado por el Ministerio de Fomento, que ha analizado los viales de su competencia que tienen una densidad de tráfico superior a los seis millones de vehículos al año (A-52, N-525, N-120 y N-541). El objetivo de este trabajo es configurar un plan de acción contra el ruido, señalando las actuaciones recomendadas para atajar esta problemática, que se extiende a tramos que suman más de 18 kilómetros.
Las vías de entrada y salida del Concello de Ourense concentran la mayor parte de población afectada por el ruido, especialmente la N-525, señalada en el informe en su trazado más urbano, la avenida de Santiago, como la zona con un principal grado de conflictividad, al estar afectados cerca de 1.500 vecinos.
Una propietaria de un negocio en plena avenida de Santiago señala que "el ruido es constante, pero lógicamente te acostumbras", incidiendo en que las consecuencias del tráfico también se dejan ver a la hora de hacer limpieza. "Todo se pone más negro, notamos mayor suciedad. Respecto al nivel de ruido, seguramente haya más de lo permitido", afirma la comerciante, una postura compartida desde la asociación de vecinos del barrio.
En el perímetro urbano, el otro punto crítico que señala Fomento es la N-120, en dirección salida a la altura del barrio de O Pino, donde se concentran más de la mitad de los 500 ourensanos afectados por contaminación acústica en esta carretera.
En otra de las vías analizadas en el informe, la N-541, que conecta con la comarca de O Carballiño, la población que sufre contaminación acústica ronda los dos centenares de personas.
Por último, el plan contra el ruido también señala que en la autovía das Rías Baixas hay unas 76 personas que viven con exceso de ruido por el tráfico, más de la mitad en la zona del viaducto que atraviesa A Valenzá, en el Concello de Barbadás.
Soluciones planteadas
El informe preparado por Fomento no se centra solo en detectar las principales zonas afectadas por contaminación acústica, sino que propone una serie de soluciones para tratar de revertir la situación y mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. El presupuesto para las vías de la provincia de Ourense asciende a algo más de 12,8 millones de euros, mientras que el total de Galicia es de 145.
En concreto, propone cinco modos de buscar la eliminación de este ruido excesivo: instalación de barreras anti-ruido, el cambio de firme de las vías, aplicar una reducción de velocidad, actuaciones complejas o traspasar las competencias a los ayuntamientos, para que estos la integren en el panorama urbano.
Los tramos dentro de los límites municipales del Concello de Ourense son los que requerirían la principal inversión, según el Ministerio de Fomento. El recorrido por la N-525, en el que se incluye el tramo más conflictivo, en la avenida de Santiago, se presupuesta en algo más de 4,3 millones de euros, requiriendo lo que Fomento denomina actuaciones complejas -que obliga a llevar a cabo reducciones de velocidad o el cambio de pavimento- o su transferencia al Concello.
La otra gran inversión, más de tres millones, necesaria para reducir la contaminación acústica, se localiza en la N-120, a su paso por el barrio de O Pino, donde también se ven necesarias actuaciones complejas.
Por lo que respecta a la A-52, Fomento entiende que sería necesario llevar a cabo la instalación de barreras anti-ruido o, en el caso del tramo que cruza el viaducto de A Valenzá, sustituir el firme actual por otro más silencioso. En esta vía de alta capacidad, la inversión que propone el plan del Gobierno central supera los 2,2 millones.
