El clima, la transmisión del acto por las televisiones y el propio espacio de la Praza do Obradoiro condicionan la estructura

El altar para la misa del Papa estará diseñado por el ourensano Iago Seara

El atrio donde el Papa Benedicto XVI oficiará su multitudinaria homilía el 6 de noviembre, a las 16 horas, ante cerca de 10.000 personas, en la Praza del Obradorio, en Santiago, tendrá un toque visiblemente ourensano. Y es que el arquitecto Iago Seara (Ourense, 1948) será el encargado de diseñar la estructura que dará cobijo a Joseph Ratzinger, así como a un centenar de obispos y a los miembros de la Familia Real.
El arquitecto ourensano habló por primera vez para este diario sobre la fisonomía que tendrá el altar papal.

La estructura de dicha obra, que según el arquitecto ocupará tan sólo el 10% de la superficie de la Praza del Obradoiro, con el objetivo de que el mayor número de gente pueda ser partícipe de la misa, tendrá una altura de ocho metros.

Además, dada la climatología de la ciudad y la fecha en la que se efectuará la visita, una de las premisas de partida para la creación del atrio, según el propio arquitecto, 'era la protección de la plataforma de las posibles inclemencias del tiempo, que con toda probabilidad podrá aportar frío, vientos y lluvia desde y por el sur-suroeste'.

Además, para cumplir con esta primera necesidad, el volumen propuesto de la estructura se plantea, precisa el arquitecto, como un marco frontal que va abocinándose y cerrándose según se acerca al altar y adaptándose, al mismo tiempo, al ángulo de la plaza.

'Pretendemos actuar de nexo entre la escala monumental de la arquitectura y el espacio histórico y la escala de la celebración eucarística y la ubicación de sus asistentes', afirma Seara, quien agrega que el atrio tendrá huecos desde los cuales podrán visualizarse 'la arquitectura del Pazo de Raxoi, en el que se apoya geométricamente, y abierta de modo panorámico al público, a la Catedral y al Hospital de Peregrinos, con los que establece un diálogo equilibrado'.

Por otro lado, Seara califica el estilo de la estructura arquitectónica diseñada como 'una arquitectura efímera', puesto que 'una vez que el acto eucarístico pase, sólo quedará su capacidad de ser y de evocarse desde la emoción colectiva e individual, ya que la arquitectura no estará ya, y quedará, si acaso, alguna imagen recuperada por el azar o por la necesidad, o tal vez por ambas, pero habrá dejado de ser ella misma para convertirse sólo en lo inmaterial de lo real'.

Por ello, la estructura del atrio será metálica, ideada para su montaje dos semanas antes de la llegada del Papa, y de desmontaje inmediato, una vez terminada su visita, y 'basada en la lógica de la triangulación por medio de barras'.


APROVECHAR EL ESPACIO

Junto a la situación climática, Seara tuvo en cuenta para diseñar la estructura otros condicionantes, como 'la necesidad de aprovechar el máximo aforo posible en un espacio que de por sí es reducido para este tipo de convocatoria'.

El análisis de estos condicionantes llevó a tomar como ubicación la esquina suroeste (la confluencia entre la Catedral y el Hostal de los reyes Católicos, lugar desde el cual se libera una mayor superficie en planta y de las fachadas que determinan la plaza.

Desde este punto y desde la vista frontal, la arquitectura propuesta se presentará en diálogo directo con el Pazo de Fonseca y su fachada de San Xerome, y en su vista opuesta a la Catedral, el antiguo Hospital de Peregrinos, ahora parador, y el Pazo de Raxoi.

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