Un altercado entre Jácome y una sindicalista desata otra crisis política

El alcalde de Ourense, Gonzalo Pérez Jácome, sorprendió ayer al empujar y zarandear a una sindicalista de Comisiones Obreras a las puertas del Concello de Ourense, en el transcurso de una protesta de los trabajadores del autobús urbano, durante la primera jornada de huelga indefinida. Su airada reacción tuvo una gran repercusión mediática, a nivel incluso nacional, y provocó una tormenta de reacciones políticas y sindicales, incluso de su socio de gobierno, el PP, que tildó de “lamentable” su actitud y le exigió pedir perdón, algo que el alcalde no solo no hizo, sino que se presentó ante la opinión pública como víctima de una “agresión acústica”. Mientras, el resto de la corporación pidió su renuncia. Todo comenzó cuando alrededor de las 10,30 horas protestaban los trabajadores del servicio municipal de autobús a las puertas del Concello, reclamando al alcalde que mediase en el conflicto con la concesionaria. Entonces, Jácome bajó de la casa consistorial y se encontró con los trabajadores. La sindicalista agredida, Lola Panero, megáfono en mano, ofreció -“de boa fe”, dijo- la palabra al regidor, según relata, para que se dirigiese a los trabajadores. En ese momento, volvió a arengar por el altavoz y el regidor la empujó al grito de “no me pegues, no me pegues”. Panero, que calificó de “lamentable” lo sucedido, cree que “non vale todo” y no se esperaba en absoluto esto, aunque prefirió que no fuera a más y aceptó las órdenes de los agentes policiales, que optaron por apartarla. Panero recuerda que la concentración transcurría “sen carga ofensiva” hacia el regidor y cree que la respuesta violenta tiene el agravante de “ser muller e sindicalista”. En todo caso, espera “non ser moeda de cambio” y pide “separar a folga do empurrón”. Los servicios jurídicos de CCOO estudiaban ayer si presentarán denuncia. Mientras, Jácome, lejos de pedir disculpas, explicó que el agredido durante el altercado había sido él y que reaccionó “instintivamente” con un empujón por temor a quedarse “sordo” al tener el megáfono tan cerca. “La sindicalista pudo provocarme una pérdida auditiva permanente. Quería que dijese lo que ella quería e invadió mi espacio. Conozco a personas que se han quedado sordas por culpa de los piquetes”, justificó el alcalde, quien insistió en que actuó “en defensa propia” y que temía que “una sindicalista exaltada, liberada y que no trabaja” le acabase “rompiendo el tímpano” con una “agresión acústica”. De Pontón a Rueda, cascada de críticas a Jácome ante la reacción violenta Las críticas no se hicieron esperar. Desde el PP, socio de Jácome, tacharon de “lamentable” el comportamiento del alcalde y le exigieron que “pida perdón”. Recordaron que el PP “non é responsable” de estas acciones y señalaron que debe ser él quien responda de sus actos. El propio Alfondo Rueda, futuro presidente de la Xunta, reconoció que “lo que me contaron no me gustó”. Desde la oposición, PSOE y BNG pidieron que ruede la cabeza del alcalde, y Ciudadanos repartió culpas entre PP (el que gobierna con él) y socialistas (quien según ellos quieren gobernar con él). En el PSOE, exigieron la “dimisión inmediata” por una agresión “machista” y “misóxina” y piden al PP que deje de “amparar” este tipo de actitudes “violentas”. José Araújo (Cs) dijo que los populares deberían “impedir que sexamos noticia a nivel nacional porque un alcalde agrede a unha muller na Praza Maior” y lanzó un dardo al PSOE: “Os que están negociando co alcalde teñen un aviso a navegantes”. En el BNG, aseguraron que “Jácome non pode continuar como alcalde” y pidieron al PP que no lo mantenga “nin un minuto máis”, emplazándolos a “asumir dunha vez a súa responsabilidade” y no contribuir a la “degradación” de la ciudad: “O acontecido é gravísimo e require unha resposta inmediata”. La voceira nacional del BNG, Ana Pontón, mostró “vergoña” y dijo que al PP “válelle todo con tal de manterse no poder”. Desde la parte sindical, CCOO Galicia tildó de “personaxe antidemocrático” a Jácome, un “desprestixio” para Ourense y las instituciones y que cruzó “unha liña vermella”. CCOO en el Concello exigirá disculpas al alcalde. Desde UGT, piden la dimisión o la retirada de apoyo del PP y condenaron el episodio de “violencia gratuíta e sen sentido”.