SOCIEDAD

Amores para toda la vida

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photo_camera Asociaciones como Aspanas surgieron por las necesidades de los familiares de paliar necesidades y buscar un bienestar, ahí siguen (JOSÉ PAZ)

En Ourense hay 4.700 discapacitados intelectuales, un 1,5 % de la población. En Aspanas, entidad promovida en 1966 por la asociación de padres, se integran 139. Hay otras asociaciones similares, salvaguardan el sistema.

El mundo está lleno de barreras, físicas, mentales; lo peor es no saber distinguirlas.

"Sí, sin problema”. La primera vez pensé qué educada. Cada vez que a Nuria le pides algo, la respuesta será esa, o parecida. Nuria es un cielo, detrás de esas gafas, de esos rasgos de su discapacidad hay un cielo de bondad. Nuria Pérez tiene 32 años, reside el año entero en el centro de Aspanas (Velle). Algunos fines de semana y las vacaciones las pasa con su tía de O Barco de Valdeorras, donde ella nació. Cuando Nuria no tiene claro qué decir también se apunta un: "Yo, lo mismo", pero eso es otra cuestión, o no.

Aspanas (1966) fue promovida por familiares de personas con discapacidad intelectual para buscar su bienestar. “Los servicios que se prestan son de atención diurna; diurna ocupacional, y servicio residencial, los 365 días del año”, comenta Sergio Regueiro, actual gerente de la institución. 


Palabras, palabras


20190427172304713_result"Discapacidad intelectual, trastornos mentales asociados, apoyo permanente, habilidades adaptativas". Términos recogidos al azar que semejan vocablos técnicos, casi abstractos; pero uno se plantea qué sería de ellos sin este tipo de instituciones. Sin querer -severo despiste- se escapa la palabra niños. “Nosotros luchamos porque no se les llame niños, es algo que viene de muy atrás de infantilizar a las personas; intentemos tratarlos como adultos”. Tomo rápida nota. Todos son mayores de edad, algunos llegan a los 65 años. "Normalmente –dice Belen González, coordinadora -acceden porque llegan  a la mayoría de edad, que es la edad hasta la que pueden estar en el Centro de Educación Especial Miño; si no, tendrían que buscarse la vida en centros normalizados”. 

Nuria se encarga de la limpieza del centro. Fregona en mano nos recibe junto a otra compañera; friega como si el horizonte vital fuera un largo pasillo; también asiste en el servicio de cocina, para el que disponen de tres cocineros. Lleva en Aspanas desde los 13 años. Las instalaciones impresionan, un conjuto de pasillos enlazan los talleres dispersos en varios pabellones, nada fácil de orientarse.

Manoli Cherchi, nació en Roma hace 51 años. Sus gatos -dice- se llaman "Frijolito y Ronaldiño", "unos nombres muy bonitos". En la lavandería se instala en la planchadora haciendo que hace y un manojo de nervios; sus compañeras envidian hoy tanto protagonismo y fotos. "En los ratos libre hacemos bolsos de trapillo, a 6 euros; después bufandas, a 8 euros, bueno, o 10. Estamos tratando de hacer mantas XXXL, de estas modernas; aún no tienen precio”. Manoli vive en Ourense, con su madre y su abuela.

Héctor Feijóo, 45 años, es de Outomuro (Cartelle). Reside en el centro de lunes a viernes, los fines de semana se va a casa. Tiene novia, pero no tiene nombre, bueno, sí, "pero no lo voy a decir"; se sonroja. Belén González la coordinadora echa un cable: “no serás de los de dos o tres, como alguno del centro”. “No, yo tengo una. “Secretos de estado”, añade Manoli, hay cosas muy íntimas. Como el hecho de votar por vez primera, algo por lo que no muestran el más mínimo interés. “Eu estou incapacitado”, dice, en alusión a lo que en otras veces le han argumentado. Héctor se ocupa de lijar y pintar en el taller de artes plásticas, “encargos para bodas y bautizos”. Por las tareas reciben una gratificación, que les estimula. 

“Sí, sin problema", pienso en Nuria; ojalá siempre escucháramos lo mismo.


“Un hijo con discapacidad te va a necesitar toda la vida”


Toda la vida, sí, el titular es de Sergio, el gerente. ¿Qué pasa cuando tú no estés? “Hay que designar otra persona o centro que lo garantice”.
¿Qué cuesta a un padre tener aquí a su hijo? “Es un porcentaje de la pensión, depende del grado de minusvalía; el resto lo sufraga la administración autonómica". En Ourense hay otras asociaciones como Aspanas -Down Ourense, Aspadisi, ADO, Asfaval, Autismo Ourense; nacieron para suplir unas deficiencias que el sistema no cubría. Tenemos 4.700 personas con discapacidad intelectual, muy lejos de las plazas ofertadas. En Aspanas trabajan 52 personas, entre monitores, educadores, personal de cocina.  

De todos los centros especiales de empleo, hoy solo les queda el de Coles, dedicado a labores de jardinería; con 10 trabajadores.

La sociedad ha cambiado, ya no se reniega del discapacitado, pero no lo integra ni lo arropa como debiera. Algo falla.

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