Crisis del coronavirus

De año de récord a “annus horribilis": el turismo ya da por perdido el 2020

OURENSE 9/04/2020.- Historias del coronavirus  Burgas. José Paz
photo_camera As Burgas, una de las referencias de la ciudad, frecuentemente visitada por los turistas, ofrece estos días un aspecto de soledad. En la imagen, ayer por la mañana.// José Paz
Las esperanzas de la temporada, que arrancaba en Semana Santa, se ven truncadas y el sector trabaja en alternativas 

Si la suerte del desarrollo ourensano estaba ligada al turismo, urge buscar alternativa. También el sector se precipita escaleras abajo después de haber subido tenazmente en los últimos años. El coronavirus es confinamiento, nada más antagónico a la actividad viajera. En el caso de Ourense, el año se da casi por perdido, más por la incógnita de lo que pasará en un mes que por la pérdida repentina de capacidad de atracción o por la atonía del sector.

"O ano está casi perdido, está moi complicado, no momento que se levante o confinamento haberá que deseñar novas estratexias, porque o mercado será outro", reconoce Alberto Canal, responsable de comunicación de Caldaria, entidad que gestiona los balnearios de Arnoia (89 habitaciones), Laias (98) y Lobios (85) y que da empleo a 150 personas, en estos momentos acogidos a un ERTE.

Hace un año, en plena Semana Santa, en Caldaria no había una sola habitación libre. Hoy los balnearios están cerrados, aunque en Laias reciben a internos de algunos de los centros de mayores de la Fundación San Rosendo, dueña de Caldaria.

Las prioridades son otras pero también se mira al futuro, aunque sea incierto. Goretti Iglesias, directora del hotel OCA Vila de Allariz, lamenta el presente: "El año está muy complicado, pero no lo damos por perdido, posiblemente no podamos abrir hasta junio y debemos rehacer los presupuestos". 

"El turismo y el ocio posiblemente sean los últimos en recuperar la normalidad", lamenta la directora del Oca Vila de Allariz

Reconoce que cuando se levante el confinamiento "el turismo y el ocio en general van a ser los últimos en recuperar la normalidad". Es decir, el escalado normal empezaría en mayo, posiblemente también perdido para el sector.

Emilio Cuiñas, consultor de turismo, reconoce dificultades para saber hasta qué punto "imos ver unha volta á normalidade, que será progresiva e con moitas barreiras loxisticas para poder viaxar, pero tamén psicolóxicas". Da por perdido el año porque, entre otras cosas, el verano no va a funcionar como se espera "e aí concéntrase o 40% da facturación do sector e do emprego". En una línea muy similar se expresa José Antonio Fraiz, coordinador del Master de Turismo de la Universidad de Vigo: "Lo más probable es que julio y agosto se pueda recuperar algo, aunque no será suficiente y, desde luego, será un turismo de cortos desplazamientos y pocas aglomeraciones".

BUENAS CIFRAS
El parón impuesto por el estado de alerta rompe la buena marcha del sector en la provincia. Febrero —último dato oficial conocido—dejó 26.171 viajeros registrados, con 44.074 pernoctaciones, confirmando así ya no solo un récord sino una progresiva mejoría en relación al mismo mes del año anterior.

Las perspectivas del año se ven frustradas tras un arranque de año de récord y un 2019 que había batido todos los registros

El sector todavía saboreaba el éxito del 2019, un ejercicio que superó todos los registros, anotando 360.334 viajeros, 20.000 más que el año anterior, con un crecimiento del 5,4%. Las pernoctaciones fueron 677.559, con un incremento de 40.000 sobre el ejercicio anterior.

Pero esos datos son el pasado y en el sector se lucha por reorientar las actividades para hacer frente a la nueva realidad. 

Fraiz da por hecho que también el turismo de eventos y el cultural "se verán muy perjudicados", tanto los de pequeño formato como los grandes acontecimientos, "lo que podría afectar también al Xacobeo del año que viene".

Entre los eventos, hasta los familiares se verán afectados. Goretti Iglesias aventura "un posible cambio de normativa que determine el espacio entre mesas en una boda, las condiciones para poner el bufet del desayuno y otros condicionantes".

El resto de las actividades propias del sector sí podrían tener mejores perspectivas. La directora del OCA Vila de Allariz cree que "el cliente corporativo, el de la empresa, sí va a llegar antes y con normalidad". 

Los establecimientos viven también de esa clientela fija que permite unas tasas de ocupación media importantes a lo largo del año. En Caldaria, por ejemplo, han tenido un nivel importante de actividad en temporada baja gracias —entre otras promociones— a la presencia de remeros de varios países que se han programados estancias en los balnearios y entrenamientos en el Miño. 

Pero también el programa de Termalismo Social supone una parte importante de los ingresos. El programa específico de la Diputación aportaba 2.000 plazas fijas todo el año. "Ahora, todo son dudas", reconoce Alberto Canal. 

De lo que se trata ahora, coinciden, es de superar la pandemia sanitaria para enfocar después la estrategia para recuperar velocidad. "A ver cando recuperamos a confianza do cliente para que viaxe e perda o medo a estar nos sitios onde pode haber moita xente", alerta Emilio Cuiñas.

En medio, espera un sector que tiene su importancia en el tejido socioeconómico de la provincia, pero que de por sí no es una estrategia de desarrollo, aunque apoye al progreso. En la provincia hay 155 establecimientos hoteleros registrados, con casi 5.600 plazas y algo más de medio millar de empleados. En la actualidad, los locales están cerrados, los trabajadores con un ERTE y todos, a buen seguro, esperando tiempos mejores. 

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