La decisión del juez de Instrucción 1, Leonardo Álvarez, de citar como imputados, tras reabrir el caso, a los gemelos Roy y Bernardo D.L., ambos policías, por el presunto robo de seis armas en el búnker de la Comisaría de Policía y la remisión de una nota anónima a Asuntos Internos el 10 de noviembre de 2014 está sustentada en la investigación realizada por la UDEV de Ourense, en la que se responsabiliza a ambos de querer perjudicar a una serie de compañeros de la plantilla.
Los gemelos figuran formalmente como imputados en unas diligencias que podrían tener varios encajes jurídicos a la hora de formalizar una acusación: simulación de delito, tenencia ilegal de armas o incluso una acusación/denuncia falsa. En su comparecencia ante el juez –estaba prevista para este jueves pero fue aplazada a fin de mes a petición de su letrado– serán interrogados por el anónimo que recibió Asuntos Internos en Madrid y su conexión directa con la sustracción de las pistolas.
En esa nota, un supuesto policía adscrito a la Brigada de Seguridad Ciudadana de la Comisaría ourensana hablaba de "corrupción policial en todos los sentidos". Mencionaba a varios policías, con nombres y apellidos pero incluso facilitaba en algunos casos sus teléfonos móviles y hasta el DNI, pero cargando las tintas contra el armero, Ernesto A.V., y Antonio R.F. –imputado posteriormente en la Zamburiña por supuestamente favorecer a traficantes de droga–. A todos ellos los acusaba falsamente de actuar sin control, detallando hechos muy graves: acuerdos con traficantes y sustracción de droga intervenida en operaciones policiales y el robo de varias armas para su venta a delincuentes.
En el momento en que Asuntos Internos recibió por correo electrónico ese escrito en un archivo adjunto denominado "Informe.doc", con una foto adjunta a modo de prueba de cargo, la Comisaría había denunciado en agosto la desaparición de tres armas. Faltaban otras tres, pero el responsable del armero no lo detectó hasta enero de 2015. Sin embargo, el comunicante desconocido ya lo sabía: habla de tres armas vendidas hace meses y "varias" más -tipo HK reglamentarias- en la semana en la que escribe (noviembre de 2014). Este dato, según sostiene la UDEV, vincula al autor del anónimo con la sustracción de las armas del búnker. Quiso crear pruebas falsas para dañar a esos policías.
La Policía Judicial de Ourense, a su vez, relaciona a los autores del anónimo con los gemelos porque, según sostiene, se enviaron desde un ordenador del Aula de Formación de la quinta planta, próxima al despacho de prensa de Bernardo, a la que se conectó una cámara Nikon comprada por Roy D.L. en un centro comercial de San Sebastián de los Reyes (Madrid) el 9 de abril de 2010. El propio Roy declaró en su día que esa cámara la utilizaban en Prensa.
Los policías de comisaría creen que Celso Blanco, el agente que apareció muerto de un disparo en abril de 2016, hecho por el que están investigados los gemelos en Instrucción 3, tenía conocimiento del anónimo y, al menos, encubrió la autoría, es decir, actuó en connivencia con los hermanos.
El objetivo era, según UDEV, "generar pruebas y rastros falsos que señalaban a una serie de policías con los que tenían desavenencias, con la finalidad de que fueran expedientados o detenidos".
Personaciones de los perjudicados en el sumario
El caso reabierto hace ahora un año cuando el juez de Instrucción 1 conoció el informe de UDEV que implicaba a los gemelos en el robo de las seis armas y los anónimos (incluido el enviado a la prensa el 26 de febrero de 2015 y que denunciaba corrupción policial) podría sumar nuevos actores.
El inspector Antonio R.F. se personó en la causa como perjudicado -la fiscalía lo recurrió- pero podrían sumarse los otros 11 policías, incluidos los mandos, a los que el anónimo vincula con la trama de corrupción en sus distintas vertientes.
